Vendrá la paz
Si tú crees que una sonrisa
es más fuerte que un arma,
si tú crees que lo que une a los hombres
es más fuerte que lo que los separa,
si tú crees en el poder de una mano extendida,
si tu crees que ser diferente es una riqueza
y no un peligro, entonces…
¡Vendrá la paz!
Si tú sabes mirar al otro con un poquito de amor,
si tú sabes preferir la esperanza a la sospecha,
si tú estás persuadido
que te corresponde tomar
la iniciativa antes que el otro,
si todavía la mirada de un niño
llega a desarmar tu corazón, entonces…
¡Vendrá la paz!
Si tú puedes alegrarte del gozo de tu vecino,
si la injusticia que golpea a los otros te indigna
tanto como la que tú puedes sufrir,
si para ti el extranjero es un hermano,
si tú puedes dar gratuitamente
un poco de tu tiempo por amor, entonces…
¡Vendrá la paz!
Si tú sabes aceptar que el otro te preste su ayuda,
si tú compartes tu pan
y sabes dar con el un pedazo de tu corazón,
si tú crees que el perdón
consigue más que la venganza,
si tú sabes cantar la felicidad de otro
y bailar su alegría… entonces…
¡Vendrá la paz!
Si tú puedes escuchar al desdichado
que te hace perder tu tiempo
y entretenerlo con una sonrisa,
si tú sabes aceptar la crítica
y hacer que te sea provechosa
sin rechazarla ni defenderte,
si tú sabes acoger y aceptar
un punto de vista diferente al tuyo,
si tú rehúsas a darte golpes por tus culpas
en el pecho de otros entonces…
¡Vendrá la paz!
Si para ti el otro es ante todo un hermano,
si para ti la cólera es una debilidad,
no una manifestación de fuerza,
si tú prefieres ser herido
antes de hacer daño a alguien,
si tú no te sientes tan importante que
después de ti el Diluvio entonces…
¡Vendrá la paz!
Si tú alcanzas y te colocas al lado del pobre
y del oprimido sin creerte un héroe,
si tú crees que el amor es la única fuerza de disuasión,
si tú crees que la paz es posible, entonces…
¡Vendrá la paz!