El voluntariado no es una ideología ni una utopía

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El voluntariado no es una ideología ni una utopía
“El voluntariado alimenta tu naturaleza espiritual porque fomenta las relaciones interpersonales. Por eso, la Iglesia Católica lo ha respaldado y promovido como una forma eficiente para suscitar un verdadero humanismo cristiano donde se abastece de respuestas materiales y espirituales a través de la integración de la persona”, recordó el Cardenal Juan Luis Cipriani.

El Arzobispo de Lima dio la conferencia “La Caridad y el Voluntariado a la luz de la Encíclica Caritas in veritate”, el martes 11 de agosto, como parte de las VIII Jornadas Internacionales de Caridad y Voluntariado realizadas en Lima.

Durante su exposición, el Pastor de Lima reconoció la importancia del voluntariado en un mundo globalizado, como una forma cristiana de humanizar a la persona y de la que la Iglesia es pionera, como también ha sido pionera de las cajas de ahorro, de las universidades, de la migración de misioneros, de la piedad popular, entre otras contribuciones a la humanidad.

“El voluntariado genera un micro-clima porque nos une y nos lanza. Y si tienes experiencia de haber vivido esta dimensión, te quedas enamorado de lo que es dar la vida al prójimo en un proyecto que le dedicas dinero, tiempo, cansancio y sacrificio”, mencionó.

“El voluntariado debe ser independiente de partidos e ideologías”, señaló el Cardenal Juan Luis Cipriani Thorne al abordar algunos aspectos centrales de la nueva encíclica del Santo Padre Benedicto XVI.

“El voluntariado genera inclusión”

“Cuanto más lo vives de manera auténtica (el voluntariado), cada uno de nosotros madura su propia identidad como persona. El hombre se valoriza no aislándose, sino poniéndose en relación con los otros y con Dios. Con el voluntariado las relaciones humanas se privilegian, se fortalecen las amistades, la organización, el dejar cada uno lo suyo para darse a ese bien común. El voluntariado genera esa inclusión relacional de todas las personas de todas las edades y de todos los pueblos”, dijo.

“El voluntariado no es una ideología ni una utopía”, expresó.

La subsidiaridad y solidaridad en el voluntariado

El Pastor de Lima recordó que para que el voluntariado funcione eficientemente, requiere de una dosis de subsidiaridad y solidaridad, porque “la subsidiaridad sin solidaridad se convierte en una especie de particularismo, yo ayudo a algunos grupos; en cambio, la solidaridad sin subsidiaridad se convierte en asistencialismo, me conmueve esta gente pobre”.

Recordó que los principios de solidaridad y subsidiaridad están íntimamente unidos en el voluntariado porque permiten generar mejores personas, y mencionó que el voluntariado debe ser una escuela de buen ejemplo.

La competencia profesional es fundamental para el voluntariado

El Cardenal Cipriani recordó que el voluntariado cristiano se esfuerza en el trabajo por cumplir lo que promete; así como se preocupa por formar mejores personas.

“Lo primero que te pide la Iglesia es competencia profesional, no puedes ser es ineficaz: que no resuelvas el problema que anuncias. La respuesta no solo es técnica, necesitan humanidad, atención cordial, el voluntariado debe tener esa alta sensibilidad de transmitir soy tu hermano y no solo con letreros o slogans, sino en el modo en que acuden, por eso, los voluntarios, los miembros de estas iniciativas, además de la preparación profesional, necesitan una preparación del corazón, se les ha de guiar hacia ese encuentro con Dios en Cristo, que suscite en ellos el amor y abra su espíritu al otro”.

Por ello, dirigió un especial saludo de felicitación y gratitud a Caritas del Perú, organización que -durante la jornada- recibió el premio “Caridad en la Verdad” por su importante labor socio-caritativa en el Perú.

“La caridad es la vía maestra de la doctrina social de la Iglesia”

El Arzobispo de Lima también recordó que la caridad es la vía maestra de la Doctrina Social de la Iglesia, como el principio de las relaciones micro y macro sociales.

“De que tú ames a Cristo, de tu respuesta al plan de Cristo, dependen las relaciones macroeconómicas, sociales y políticas. Un cristianismo sin caridad se puede confundir fácilmente con una reserva de buenos sentimientos marginales. De cada uno de nosotros y de tu conducta depende hacer creíble que Cristo se ha encarnado. Este es uno de los grandes desafíos de la Iglesia hoy”, dijo.

No excluir a la religión del ámbito público

El Pastor de Lima recordó que la Iglesia no puede permitir todo intento de exclusión de la expresión religiosa del ámbito público. “Cuando vemos que se le quita a la religión la capacidad de ser parte de lo que es la identidad de un pueblo, se pierde el sustento para defender todos los derechos humanos, y nos quedamos solamente en acuerdos de mayorías y en negociaciones”, culminó.

VIII Jornadas Internacionales de Caridad y Voluntariado

Esta actividad se realizó en el auditorio del colegio Santa Úrsula y fue organizada por el Instituto Internacional de Caridad y Voluntariado Juan Pablo II, de la Universidad Católica San Antonio de Murcia (España), como parte de la extensión de las VIII Jornadas Internacionales de Caridad y Voluntariado que se realizaron en Murcia del 25 de febrero al 8 de marzo último, y que fueron presididas por el Presidente del Consejo Pontificio Cor Unum, Cardenal Paul Josef Cordes.

Durante estas jornadas, también participaron el Arzobispo de Arequipa y Presidente de la Delegación del Instituto de Caridad y Voluntariado Juan Pablo II, Monseñor Javier del Río Alba; el Obispo del Callao, Mons. Miguel Irízar Campos C.P., entre otras personalidades eclesiásticas y civiles.

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