TIERRA PARA LOS SIN TIERRA

TIERRA PARA LOS SIN TIERRA

Gn 13,2.5-18: Mt 7,6.12-14
En la sociedad marcadamente urbana en que vivimos, no parece indispensable disponer de un pedazo de tierra cultivable, sin embargo, siempre será necesario disponer de una vivienda donde ejercer la propia libertad. Los antepasados de Abrahám residían en Ur como en casa propia, al salir el patriarca en pos de la promesa, se desarraiga con la esperanza de ensanchar su descendencia y su territorio. El relato del Génesis apenas a la vuelta de un capítulo nos refiere que la promesa inicial había sido parcialmente cumplida: «Abrahám era muy rico en ganado, plata y oro». Sin embargo, le hacía falta tierra y descendencia. El tiempo de la esperanza continuaba. Dios que ama a sus hijos con generosa magnanimidad atenderá al patriarca Abrahán, y con el mismo interés se ocupará de cuidar y bendecir a todos, porque es un Padre excelso, que ama sin distingos a sus hijos.