Semana de oración por la unidad de los cristianos

Semana de oración por la unidad de los cristianos del 18 al 25 de enero

Materiales para la

SEMANA DE ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS
y para el resto del año

2017

Reconciliación.
El amor de Cristo nos apremia
(cf. 2 Co 5, 14-20)
Preparados conjuntamente por
el Consejo Pontificio para la promoción de la unidad de los cristianos
y la Comisión Fe y Constitución del Consejo Mundial de Iglesias
Los textos bíblicos en español reproducidos en este folleto están tomados de la Biblia Traducción Interconfesional (BTI), Biblioteca de Autores Cristianos, Editorial Verbo Divino, Sociedades Bíblicas Unidas, Madrid 2008. Las abreviaturas de los libros de la Biblia también son las que se utilizan en la BTI
A TODOS LOS QUE ORGANIZAN
LA SEMANA DE ORACIÓN
POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS
Buscar la unidad durante todo el año
En el hemisferio norte la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos se celebra tradicionalmente del 18 al 25 de enero. Estas fechas fueron propuestas en 1908 por Paul Watson para cubrir el periodo entre la fiesta de san Pedro y la de san Pablo, que tienen un hondo significado. En el hemisferio sur donde el mes de enero es tiempo de vacaciones de verano, las Iglesias frecuentemente adoptan otras fechas para celebrar la Semana de Oración, por ejemplo en torno a Pentecostés (sugerido por el movimiento Fe y Constitución en 1926), que representa también otra fecha significativa para la unidad de la Iglesia. Teniendo presente esta exigencia de flexibilidad, invitamos a utilizar estos materiales a lo largo de todo el año para expresar el grado de comunión que las Iglesias ya han alcanzado y para orar juntos para llegar a la plena unidad querida por Cristo.
Adaptar los textos
Estos materiales se ofrecen con el entendimiento de que siempre que sea posible se adaptarán para ser utilizados localmente. Al hacerlo, se deberán tener en cuenta las prácticas litúrgicas y devocionales locales así como el contexto socio-cultural. Tal adaptación debería hacerse a través de una colaboración ecuménica. En algunos lugares estas estructuras ecuménicas para adaptar los materiales ya existen; en otros, esperamos que la necesidad de que sean adaptados constituya un estímulo para la creación de estas estructuras. .
Cómo utilizar los textos de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos
  • Para las Iglesias y las comunidades cristianas que celebran juntas la Semana de Oración en un solo acto se ofrece un modelo de Celebración ecuménica.
  • Las Iglesias y las comunidades cristianas pueden igualmente incorporar a sus propias celebraciones oraciones y textos de la Semana de Oración. Las oraciones de la Celebración ecuménica y del Octavario y las reflexiones sobre los textos bíblicos pueden también utilizarse según se considere oportuno en cada situación.
  • Las Iglesias y comunidades cristianas que celebran la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos cada día de la semana, pueden encontrar sugerencias en los textos propuestos para el Octavario.
  • A las personas que desean realizar estudios bíblicos sobre el tema de la Semana de Oración, pueden servir de apoyo los textos y las reflexiones bíblicas propuestas para el Octavario. Las reflexiones que se tengan cada día pueden terminar con un momento final de oración de intercesión.
  • Para las personas que desean orar en privado, los textos de este folleto pueden ayudar a focalizar las intenciones por las que oran y a que se sientan en comunión con otros que en todo el mundo oran por una mayor unidad visible de la Iglesia de Cristo.
TEXTO BÍBLICO PARA EL 2017
(2 Corintios 5, 14-20)
En todo caso, es el amor de Cristo el que nos apremia, al pensar que, si uno murió por todos, todos en cierto modo han muerto. Cristo, en efecto, murió por todos, para que quienes viven, ya no vivan más para sí mismos, sino para aquel que murió y resucitó por ellos. Así que en adelante a nadie valoramos con criterios humanos. Y si en algún tiempo valoramos a Cristo con esos criterios, ahora ya no. Quien vive en Cristo es una nueva criatura; lo viejo ha pasado y una nueva realidad está presente.
Todo se lo debemos a Dios que nos ha puesto en paz con él por medio de Cristo y nos ha confiado la tarea de llevar esa paz a los demás. Porque sin tomar en cuenta los pecados de la humanidad, Dios hizo la paz con el mundo por medio de Cristo y a nosotros nos ha confiado ese mensaje de paz. Somos, pues, embajadores de Cristo y es como si Dios mismo os exhortara sirviéndose de nosotros. En nombre de Cristo os pedimos que hagáis las paces con Dios. Al que no tuvo experiencia de pecado, Dios lo trató por nosotros como al propio pecado, para que, por medio de él, experimentemos nosotros la fuerza salvadora de Dios.
Biblia Traducción Interconfesional (BTI)

INTRODUCCIÓN AL TEMA PARA EL AÑO 2017
Reconciliación. El amor de Cristo nos apremia (cf. 2 Co 5, 14-20)
Alemania: Tierra de la Reforma luterana
En 1517 Martín Lutero levantó preocupaciones acerca de lo que él consideraba abusos en la Iglesia de su tiempo haciendo públicas sus 95 tesis. 2017 es el 500 aniversario de este acontecimiento crucial en el movimiento de la Reforma que ha marcado la vida de la Iglesia occidental a lo largo de muchos siglos. Este acontecimiento ha sido un tema controvertido en la historia de las relaciones intereclesiales en Alemania también en los últimos años. La Iglesia Evangélica de Alemania (EKD) ha estado preparando este aniversario desde 2008, centrándose cada año en un aspecto concreto de la Reforma, por ejemplo: la Reforma y la política o la Reforma y la educación. La EKD también ha invitado a sus interlocutores ecuménicos en varios niveles a que ayuden a conmemorar los acontecimientos de 1517.
Después de extensos y a veces difíciles debates, las Iglesias de Alemania han alcanzado el acuerdo de que la forma de conmemorar ecuménicamente la Reforma debía ser con una Christusfest, una celebración de Cristo. Si se pone el énfasis en Jesucristo y en su obra reconciliadora como centro de la fe cristiana, los interlocutores ecuménicos de la EKD (católicos romanos, ortodoxos, baptistas, metodistas, menonitas y otros) podrían participar en las celebraciones del aniversario.
Si se tiene en cuenta que la historia de la Reforma se ha caracterizado por una dolorosa división, este es un logro muy considerable. La Comisión Luterano-Católico Romana sobre la Unidad ha trabajado mucho para llegar a un entendimiento compartido de la conmemoración. Su importante informe Del conflicto a la comunión reconoce que las dos tradiciones se acercan a este aniversario en una época ecuménica, con los logros de 50 años de diálogo a sus espaldas y con una comprensión nueva de su propia historia y de la teología. Separando lo que es polémico de las cosas buenas de la Reforma, los católicos ahora son capaces de prestar sus oídos a los desafíos de Lutero para la Iglesia de hoy, reconociéndole como un «testigo del evangelio» (Del conflicto a la comunión, 29). Y así, después de siglos de mutuas condenas y vilipendios, los católicos y los luteranos en 2017 conmemorarán por primera vez juntos el comienzo de la Reforma.
De este acuerdo y del más amplio contexto ecuménico surge el potente tema de este año de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos: «Reconciliación. El amor de Cristo nos apremia (2 Co 5, 14)».
El Consejo de las Iglesias de Alemania (ACK) y el aniversario de la Reforma en 2017
El Consejo de las Iglesias de Alemania (ACK, siglas en alemán) lanzó varios proyectos para conmemorar el 1517. Uno se titulaba: «Descubrir de nuevo los tesoros de la Biblia». En él, de una forma que recordaba la importancia que Martín Lutero otorgaba al significado de la Biblia, las Iglesias miembros del ACK redactaron textos que describían su forma de aproximarse a la Biblia; estos se publicaron posteriormente en un folleto. Además, el ACK puso en marcha una «peregrinación» simbólica a varios templos en Wittenberg de las Iglesias miembros del Consejo. Cada congregación visitó, expresó y celebró su propia relación única con la Biblia. En abril de 2015, el ACK también organizó una conferencia con el título: «¿Divididos irreparablemente? ¿Una nueva bendición? 500 años de la Reforma desde distintas perspectivas ecuménicas», cuyas actas están publicadas.
En este contexto del aniversario, el Consejo de las Iglesias de Alemania (ACK), invitado por el Consejo Mundial de las Iglesias, asumió la tarea de elaborar los materiales para la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos de este año. Un comité compuesto por diez miembros que representaban distintas Iglesias se reunió tres veces en 2014/2015 para redactar los textos requeridos. Se puso un énfasis especial en la preparación de la celebración ecuménica de la Semana. Los materiales deberían servir para la Semana de Oración y al mismo tiempo para conmemorar la Reforma luterana.
El tema de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos 2017
Cuando el comité nacional alemán de planificación se reunió en otoño de 2014, enseguida se vio con claridad que los materiales para esta Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos tendrían que poner dos énfasis: por un lado, debería haber una celebración de la gracia y el amor de Dios, la «justificación de la humanidad a través de la sola gracia», reflejando la preocupación principal de las Iglesias marcadas por la Reforma de Martín Lutero. Por otro lado, también se debería reconocer el dolor por las profundas divisiones subsiguientes que afligieron a la Iglesia, hablar claramente de culpa y ofrecer una oportunidad para dar pasos hacia la reconciliación.
Finalmente, fue la Exhortación Apostólica del papa Francisco de 2013 Evangelii Gaudium («La alegría del Evangelio») la que aportó el tema de este año, al utilizar la cita: «El amor de Cristo nos apremia» (número 9). Con este texto de la Escritura (2 Co 5, 14), tomado en el contexto de todo el quinto capítulo de la segunda Carta a los Corintios, el comité alemán formuló el tema para la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos 2017.
El texto bíblico: 2 Co 5, 14-20
El texto bíblico subraya que la reconciliación es un don de Dios destinado a toda la creación: «Porque sin tomar en cuenta los pecados de la humanidad, Dios hizo la paz con el mundo (kosmos) por medio de Cristo y a nosotros nos ha confiado ese mensaje de paz» (v.19). Como consecuencia de la acción de Dios, la persona que ha sido reconciliada en Cristo está llamada a su vez a proclamar esta reconciliación con palabras y obras: «El amor de Cristo nos apremia» (v.14). «Somos, pues, embajadores de Cristo y es como si Dios mismo os exhortara sirviéndose de nosotros. En nombre de Cristo os pedimos que hagáis las paces con Dios» (v.20). El texto pone de relieve que esta reconciliación no se da sin sacrificio: Jesús entregó su vida, murió por todos. Los embajadores de la reconciliación están llamados, en su nombre, a dar su vida de forma parecida. Ya no viven para sí mismos; viven para aquel que por ellos murió.
Los ocho días y la celebración ecuménica
El texto 2 Co 5,14-20 da forma a las reflexiones de los ocho días, que desarrollan algunas de las enseñanzas teológicas de los diferentes versículos, como sigue:
Día 1: Uno murió por todos
Día 2: Ya no vivan más para sí mismos
Día 3: A nadie valoramos con criterios humanos
Día 4: Lo viejo ha pasado
Día 5: Una nueva realidad está presente Día 6: Dios nos ha reconciliado con él
Día 7: El ministerio de la reconciliación
Día 8: Reconciliados con Dios
En la celebración ecuménica, el hecho de que Dios ha reconciliado consigo el mundo es motivo para celebrar. Pero esto también tiene que incluir nuestra confesión de pecado antes de escuchar la proclamación de la Palabra y beber del profundo pozo de la misericordia de Dios. Solo entonces podremos dar testimonio ante el mundo de que la reconciliación es posible.
Apremiados a dar testimonio
El amor de Cristo nos apremia a orar, pero también a ir más allá de nuestras oraciones por la unidad entre los cristianos. Las Iglesias y las congregaciones necesitan el don de la reconciliación con Dios como fuente de vida. Pero aún más, lo necesitan para su testimonio común ante el mundo: «Te pido que todos vivan unidos. Como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos estén en nosotros. De este modo el mundo creerá que tú me has enviado» (Juan 17, 21).
El mundo necesita embajadores de reconciliación que rompan barreras, construyan puentes, hagan la paz, abran puertas a nuevas formas de vida en el nombre de aquel que nos reconcilió con Dios, Jesucristo. Su Espíritu Santo nos conduce por el camino de la reconciliación en su nombre.
Mientras se escribía este texto en 2015, muchas personas e Iglesias en Alemania practicaban la reconciliación ofreciendo hospitalidad a los numerosos refugiados que llegaban de Siria, Afganistán, Eritrea y de países de los Balcanes occidentales, buscando protección y una nueva vida. La ayuda concreta y las importantes acciones que se llevaron a cabo contra el odio al extranjero fueron un claro testimonio de reconciliación para la población alemana. Como embajadores de reconciliación, las Iglesias ayudaron activamente a los refugiados a encontrar nuevas viviendas y, al mismo tiempo, intentaban mejorar las condiciones de vida en sus países de origen. Actos concretos de ayuda son tan necesarios como orar juntos por la reconciliación y la paz si queremos que aquellos que están escapando de situaciones terribles puedan tener algo de esperanza y de consuelo.
¡Que la fuente de la gracia reconciliadora de Dios pueda manar en la Semana de Oración de este año, de modo que muchas personas puedan encontrar paz y se puedan construir puentes! ¡Que muchas personas e Iglesias sean apremiadas por el amor de Cristo a vivir vidas reconciliadas y a derribar los muros que dividen!
PREPARACIÓN DE LOS MATERIALES
PARA LA SEMANA DE ORACIÓN
POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS 2017
El trabajo inicial sobre el tema del material para la Semana de Oración de este año fue llevado a cabo por un grupo de representantes de diferentes comunidades cristianas de Alemania. Este comité nacional fue reunido por el Grupo de Trabajo de las Iglesias Cristianas en Alemania (Arbeitsgemeinschaft christlicher Kirchen/ACK), dirigido por la Dra. Elisabeth Dieckmann.
El agradecimiento se hace extensivo a las personas responsables del ACK, a los miembros del comité nacional y a todos los que han contribuido a estos materiales:
  • Mons. Dr. Eberhard Amon (obispo, Conferencia Episcopal de Alemania)
  • Pastor Bernd Densky (pastor baptista, consultor del ACK)
  • Dra. Elisabeth Dieckmann (secretaria del ACK, Iglesia Católica)
  • Sra. Leonie Grüning (pastora, Iglesia Evangélica de Alemania /EKD)
  • Sra. Anette Gruschwitz (pastora, Iglesia Metodista)
  • Arcipreste Constantin Miron (arzobispo, Conferencia de los Obispos Ortodoxos)
  • Padre Scott Morrison, (pastor, Iglesia Evangélica-Luterana Independiente)
  • Sra. Ruth Raab-Zerger (Iglesia Menonita)
  • Dra. Dagmar Stoltmann-Lukas (asesora del Vicariato General de los Obispos)
  • Sr. Jan-Henry Wanink (pastor, Iglesia Reformada de Alemania)
  • Sra. Allison Werner-Hoenen (pastora, Iglesia Evangélica de Alemania/EKD)
  • Sr. Marc Witzenbacher (asesor de la Iglesia Evangélica de Alemania /EKD).
Los textos propuestos en este folleto se terminaron de redactar en una reunión del comité internacional nombrado por la Comisión Fe y Constitución del Consejo Mundial de las Iglesias y el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos. Los miembros del Comité se reunieron con el comité nacional en septiembre de 2015 en el Hotel Lutero de Wittenberg (Alemania). Agradecen mucho al ACK su generosa acogida de la reunión y su amable hospitalidad. Quieren dar las gracias de manera especial a Bernd Densky, que preparó todo lo necesario para facilitar la reunión y cuidó de cada uno de los participantes. El grupo de trabajo también fue acompañado con gran generosidad en una visita guiada por Wittenberg y Eisleben a cargo de Jürgen Dittrich, un pastor luterano local que es el responsable para la labor ecuménica en la Iglesia local de Saxonia-Anhalt. Se comenzó visitando Wittenberg, la ciudad en la que Lutero vivió con su familia y trabajó después de haber dejado el monasterio de Erfurt. Se visitó también la famosa iglesia del castillo en la que el reformador alemán clavó sus 95 tesis. El grupo también visitó el lugar de nacimiento de Lutero y la iglesia en la que fue bautizado en Eisleben. Estas visitas ofrecieron la posibilidad de profundizar más en el significado excepcional y la influencia de Martín Lutero para la Reforma en Alemania.
Ayudó mucho a entender el contexto religioso de Alemania, sobre todo de Alemania del Este, una reunión que se celebró una de las tardes con representantes locales de las distintas comunidades cristianas.
CELEBRACIÓN ECUMÉNICA
Introducción
Reconciliación. El amor de Cristo nos apremia
(cf. 2 Corintios 5, 14-20)
Conmemoración del 500 aniversario de la Reforma
Las Iglesias en Alemania decidieron conmemorar este aniversario como una Christusfest (una celebración ecuménica de Cristo). La Reforma fue la ocasión para volver a centrarse en la salvación por la gracia a través de la fe en Jesucristo. Nos regocijamos en la salvación de Dios que tiene su centro en la cruz de Cristo, que supera las divisiones y nos une. Esta celebración confiesa sin medias tintas los pecados de división que siguieron a la Reforma. Esta oración común quiere celebrar a Cristo y su acción reconciliadora que mueve el corazón de los cristianos divididos a ser embajadores de Cristo como ministros de la reconciliación.
Contenido de la celebración
El tema «Reconciliación. El amor de Cristo nos apremia (2 Co 5, 14-20)» celebra la irrevocable reconciliación que hemos recibido a través de la fe en Jesucristo. El amor de Cristo es la fuerza motora que nos empuja a ir más allá de nuestras divisiones para realizar actos de reconciliación.
Por medio de salmos y cantos nos reunimos en el nombre de Jesús alabando las acciones maravillosas de Dios. Confesamos nuestros pecados de división y hacemos nuestra petición de perdón. La proclamación de la Palabra pone de relieve la acción reconciliadora de Cristo como «aquel que murió por todos» (v. 14). Los fieles responden a esta Buena Noticia aceptando la invitación a ser ministros de reconciliación.
Actos simbólicos en la celebración
El muro
El año 1989 vio la caída del muro de Berlín que dio comienzo al Movimiento de Oración por la Paz en la República Democrática Alemana (Alemania del Este), con personas poniendo velas en sus ventanas y puertas y orando por la libertad. Horst Sindermann, uno de los líderes de la RDA, señaló: «Habíamos planificado todo. Estábamos preparados para todo, pero no para velas y oraciones». Por este motivo representamos con la construcción y el desmantelamiento de un muro la división de los cristianos y la reconciliación que perseguimos. Esto puede volverse un símbolo de esperanza en cualquier situación en que la división parece insuperable. De este modo, la construcción de un muro simbólico en la confesión de los pecados, su presencia visible durante la proclamación de la Palabra y, por último, su desmantelamiento para formar una cruz como signo de esperanza, nos da fuerza para dar nombre a estas divisiones terribles y para superarlas con la ayuda de Dios.
Orientaciones/Material: La construcción y el desmantelamiento del muro
«La división debida a nuestro pecado»: después de una breve introducción, algunos miembros de la asamblea construirán un muro de separación para representar los pecados y la división que confesamos. Este muro se mantendrá en pie hasta el momento de la celebración titulado «Responde con fe, vive reconciliado». En este momento las piedras se quitarán del muro y se dispondrán en forma de cruz.
Dependiendo del tamaño del lugar de la celebración, se necesitarán los siguientes materiales para esta acción simbólica: 12 cajas del mismo tamaño (cajas de transporte, cajas de zapatos) recubiertas de papel de embalaje para simbolizar las piedras. En la parte frontal de cada caja se escribirá un concepto clave (falta de amor, odio y desprecio, acusación falsa, discriminación, persecución, comunión rota, intolerancia, guerras de religión, división, abuso de poder, aislamiento, orgullo). Mientras se proclama cada pecado, se coloca la piedra en su lugar para ir construyendo el muro. Después de un momento de silencio, los que han llevado la piedra hacen una petición de perdón a la que la asamblea contesta: «perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan contra nosotros».
Después de la proclamación de la Palabra que termina con el sermón, se hace una oración por la reconciliación. Mientras se desmantela el muro y las piedras se colocan en forma de cruz, se canta un canto de reconciliación o un himno de alabanza a la cruz.
En las celebraciones con grupos pequeños, una alternativa podría ser sustituir o ampliar los conceptos clave con testimonios personales. En la primera parte, estos testimonios deberían referirse a situaciones que han causado daño a los demás. En la segunda parte de la respuesta de fe, se podrían contar historias de reconciliación y de actos de reparación.
Velas
Después del Credo se proponen cuatro plegarias de intercesión. Después de cada petición, tres personas encienden sus velas de una fuente central de luz (por ejemplo, un cirio pascual) y se quedan de pie alrededor de la cruz hasta el momento titulado «mandato de Cristo». Después del mandato, las tres personas pasan la luz al resto de la asamblea hasta que todas las personas tengan encendidas sus velas. La celebración termina con una bendición y el envío.
DESARROLLO DE LA CELEBRACIÓN
Destinados a proclamar las grandezas de Dios
(cfr. 1 Pedro 2, 9)
P  Presidente
A  Asamblea
L  Lector
I. Reunidos en el nombre de Jesús
Himno de entrada (elegido localmente)
Procesión con la Biblia / Leccionario
Apertura
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
A  Amén.
P  La gracia y la paz de Dios, que nos ha reconciliado consigo por medio de Jesucristo, esté con todos vosotros (2 Co 5, 18).
A  Y también contigo.
Palabras introductorias
Queridos hermanos y hermanas en Cristo: este año muchos cristianos e Iglesias conmemoran el aniversario de la Reforma. San Pablo nos recuerda que Dios nos ha reconciliado consigo por medio de Jesucristo y que el amor de Cristo nos apremia a ser ministros de reconciliación. ¡Adoremos y alabemos juntos a Dios en la unidad del Espíritu Santo!
Salmo 98 (cantado) o un himno de alabanza
II. Divididos por nuestros pecados (arrepentimiento)
Invitación al arrepentimiento
P A lo largo de la historia han existido muchos movimientos de renovación en la Iglesia, que siempre está necesitada de una mayor conversión a su cabeza, Jesucristo. A veces estos movimientos han dado lugar a divisiones no queridas. Este hecho contradice lo que Jesús pidió al Padre en Juan 17, 23: «Como tú vives en mí, vivo yo en ellos para que alcancen la unión perfecta y así el mundo reconozca que tú me has enviado y que los amas a ellos como me amas a mí». ¡Confesemos nuestros pecados y oremos para obtener el perdón y la sanación de las heridas que han causado nuestras divisiones! Mientras nombramos estos pecados veremos cómo se van transformando en un muro que nos separa.
Silencio
P  Oremos: Dios y Padre del cielo, nos acercamos a ti en el nombre de Jesús. Experimentamos la vida nueva a través del Espíritu Santo, pero seguimos construyendo muros que nos dividen, muros que impiden la comunión y la unidad. Traemos hoy estas piedras con las que construimos nuestros muros y oramos para obtener perdón y sanación.
A  Amén.
Mientras se nombra cada pecado, se trae la piedra correspondiente para construir el muro. Después de un momento de silencio, el portador de la piedra [L] hace una petición de perdón y la asamblea contesta: «perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan contra nosotros».
P  Una piedra de nuestro muro es «falta de amor».
Se coloca la piedra con el concepto clave «falta de amor».
L1 Dios de bondad, el amor de Cristo nos apremia a que pidamos perdón por todas las veces en las que no hemos amado. Oramos humildemente:
A Perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan contra nosotros.
P  Una piedra de nuestro muro es «odio y desprecio».
Se coloca la piedra con el concepto clave «odio y desprecio».
L2  Dios de bondad, el amor de Cristo nos apremia a que pidamos perdón por nuestro odio y desprecio de unos contra otros. Oramos humildemente:
A Perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan contra nosotros.
Una piedra de nuestro muro es «falsa acusación».
Se coloca la piedra con el concepto clave «falsa acusación».
L3  Dios de bondad, el amor de Cristo nos apremia a que pidamos perdón por denunciar y acusarnos falsamente unos a otros. Oramos humildemente:
A  Perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan contra nosotros.
Una piedra de nuestro muro es «discriminación».
Se coloca la piedra con el concepto clave clave «discriminación».
L4  Dios de bondad, el amor de Cristo nos apremia a que pidamos perdón por todas las formas de prejuicios y discriminaciones de unos contra otros. Oramos humildemente:
A  Perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan contra nosotros.
Respuesta cantada: «¡Perdónanos, Señor!»
Los comités locales eligen sus propias respuestas cantadas.
Una piedra de nuestro muro es «persecución».
Se coloca la piedra con el concepto clave «persecución».
L5  Dios de bondad, el amor de Cristo nos apremia a que pidamos perdón por perseguir y torturarnos unos a otros. Oramos humildemente:
A  Perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan contra nosotros.
Una piedra de nuestro muro es «comunión rota».
Se coloca la piedra con el concepto clave clave «comunión rota».
L6  Dios de bondad, el amor de Cristo nos apremia a que pidamos perdón por mantener rota la comunión entre nuestras Iglesias. Oramos humildemente:
A  Perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan contra nosotros.
Una piedra de nuestro muro es «intolerancia».
Se coloca la piedra con el concepto clave intolerancia».
L7  Dios de bondad, el amor de Cristo nos apremia a que pidamos perdón por desterrar a nuestros hermanos y hermanas de nuestra patria común en el pasado y por los actos de intolerancia religiosa de hoy. Oramos humildemente:
A  Perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan contra nosotros.
Una piedra de nuestro muro es «guerras de religión».
Se coloca la piedra con el concepto clave «guerras de religión».
L8  Dios de bondad, el amor de Cristo nos apremia a que pidamos perdón por todas las guerras que hemos librado unos contra otros en su nombre. Oramos humildemente:
A  Perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan contra nosotros.
Respuesta cantada: «¡Perdónanos, Señor!»
Una piedra de nuestro muro es «división».
Se coloca la piedra con el concepto clave «división».
L9  Dios de bondad, el amor de Cristo nos apremia a que pidamos perdón por vivir nuestras vidas cristianas divididos unos de otros y alejados de nuestra común vocación a favor de toda la creación. Oramos humildemente:
A  Perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan contra nosotros.
Una piedra de nuestro muro es «abuso de poder».
Se coloca la piedra con el concepto clave «abuso de poder».
L10  Dios de bondad, el amor de Cristo nos apremia a que pidamos perdón por nuestro abuso de poder. Oramos humildemente:
A  Perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan contra nosotros.
Una piedra de nuestro muro es «aislamiento».
Se coloca la piedra con el concepto clave «aislamiento».
L11  Dios de bondad, el amor de Cristo nos apremia a que pidamos perdón por las veces en las que nos hemos aislado de nuestros hermanos y hermanas cristianos y de las comunidades en las que vivimos. Oramos humildemente:
A  Perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan contra nosotros.
Una piedra de nuestro muro es «orgullo».
Se coloca la piedra con el concepto clave «orgullo».
L12  Dios de bondad, el amor de Cristo nos apremia a que pidamos perdón por nuestro orgullo. Oramos humildemente:
A  Perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan contra nosotros.
Respuesta cantada: «¡Perdónanos, Señor!»
P  Oremos: Señor, Dios nuestro, mira este muro que hemos construido, que nos separa de ti y de los demás. ¡Perdónanos nuestros pecados! ¡Sánanos! ¡Ayúdanos a superar todos los muros de división y haznos uno en ti!
A  Amén.
Himno/Canto/Música meditativa
III. Reconcíliate con Dios, escucha la Palabra de Dios
Primera lectura: Ezequiel 36, 25-27
Salmo responsorial: Salmo 18, 25-32 (cantado)
Respuesta: Te amo, Señor, fortaleza mía.
Eres fiel con quien es fiel,
honrado con el honrado,
sincero con el sincero,
sagaz con el retorcido.
Porque tú salvas al pueblo humillado
y abates las miradas altivas.
Respuesta: Te amo, Señor, fortaleza mía.
Tú enciendes mi lámpara, Señor,
iluminas, ¡oh Dios!, mi oscuridad.
Contigo me lanzo al asalto,
con mi Dios franqueo la muralla.
El camino de Dios es perfecto,
la palabra del Señor exquisita;
es un escudo para los que en él confían.
Pues, ¿quién es Dios, aparte del Señor?
¿Quién una fortaleza, sino nuestro Dios?
Dios es quien me ciñe de fuerza
y hace perfecto mi camino.
Respuesta:Te amo, Señor, fortaleza mía.
Segunda lectura: 2 Co 5, 14-20
Aleluya (cantado)
Evangelio: Lucas 15, 11-24
Aleluya (cantado)
Sermón
IV.     Responde con fe, vive reconciliado
Mientras se desmantela el muro y se colocan las piedras en forma de cruz, se canta un canto de reconciliación o un himno a la gloria de la cruz.
P  Oremos: Dios de bondad y Padre del cielo, hemos escuchado tu Palabra de la reconciliación contigo por medio de tu Hijo Jesucristo, nuestro Señor. Por la fuerza del Espíritu Santo transforma nuestros corazones de piedra. Ayúdanos a ser ministros de reconciliación y a sanar las divisiones en nuestras Iglesias para que podamos servirte mejor como instrumentos de tu paz en el mundo.
A  Amén.
La paz
P  La paz del Señor esté siempre con vosotros.
Démonos una señal de paz.
Himno/Canto
(Colecta/Ofertorio)
V. Responde con fe, proclama la reconciliación
Credo
Oraciones de intercesión
Después de cada petición, tres personas encienden sus velas de una fuente central de luz (por ejemplo, un cirio pascual) y se quedan de pie junto a la cruz hasta el momento titulado «mandato de Cristo».
L1  Dios todopoderoso, has enviado a tu Hijo Jesucristo para reconciliar al mundo contigo. Te alabamos por aquellos que mandas en el poder del Espíritu a proclamar el Evangelio a todas las naciones. Te damos gracias porque en todas las partes del mundo ha surgido una comunidad de amor reunida por sus oraciones y sus trabajos y de que en todas partes tus siervos invocan tu nombre. Que tu Espíritu despierte en cada comunidad hambre y sed de unidad en ti. Oremos al Señor:
Respuesta cantada/rezada: Señor, escucha nuestra oración.
Se debe dejar suficiente tiempo para que los ministros enciendan sus velas del cirio pascual.
L2 Dios de bondad, oramos por nuestras Iglesias. Llénalas de toda paz y verdad. Donde la fe se ha corrompido, purifícala; donde las personas se pierden, redirígelas; donde dejan de proclamar el Evangelio, refórmalas; donde dan testimonio de lo que es justo, refuérzalas; donde pasan necesidad, atiéndelas; donde están divididas, reúnelas. Oremos al Señor:
Respuesta cantada/rezada: Señor, escucha nuestra oración.
Se debe dejar suficiente tiempo para que los ministros enciendan sus velas del cirio pascual.
L3  Dios creador, nos has hecho a tu imagen y nos has redimido por medio de Jesucristo, tu Hijo. Mira con compasión a toda la familia humana; quita de nosotros la soberbia y el odio que infectan nuestros corazones; rompe los muros que nos separan; únenos con lazos de amor. Y también en nuestras debilidades, sigue obrando para realizar tu propósito en el mundo, para que todos los pueblos y las naciones te puedan servir en armonía en torno a tu trono celestial. Oremos al Señor:
Respuesta cantada/rezada: Señor, escucha nuestra oración.
Se debe dejar suficiente tiempo para que los ministros enciendan sus velas del cirio pascual.
L4  Espíritu Santo, dador de vida, hemos sido creados para llegar a la plenitud en ti y compartir esta vida con nuestros hermanos y hermanas en el mundo. Despierta en cada uno de nosotros tu compasión y tu amor. Danos fuerza y valor para luchar por la justicia en nuestros vecindarios, para construir la paz dentro de nuestras familias, para confortar a los enfermos y moribundos y para compartir todo lo que tenemos con los que pasan necesidad. Por la transformación de cada corazón humano, oremos al Señor:
Respuesta cantada/rezada: Señor, escucha nuestra oración.
Se debe dejar suficiente tiempo para que los ministros enciendan sus velas del cirio pascual.
Oración del Señor
Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria
por los siglos de los siglos. Amén.
VI. Embajadores de Cristo, ministros de reconciliación
Mandato de Cristo
Los doce ministros pasan la luz a través de la asamblea hasta que cada persona tenga una vela encendida.
P  Una vela encendida es un signo profundamente humano: ilumina la oscuridad, da calor y seguridad y crea comunidad. Es signo de Cristo, luz del mundo. Como embajadores de Cristo llevaremos esta luz al mundo, a los lugares oscuros en los que las luchas, los desacuerdos y las divisiones impiden un testimonio común. ¡Que la luz de Cristo produzca la reconciliación en nuestros pensamientos, palabras y obras!
¡Recibe la luz de Cristo y llévala a los lugares oscuros de nuestro mundo! ¡Sé ministro de reconciliación! ¡Sé embajador de Cristo!
Bendición y envío
A ti clamamos, Dios rico en misericordia:
¡Que todos los que buscan la reconciliación experimenten tu ayuda
para que puedan proclamar tus obras maravillosas de Amor!
Pedimos esto en el nombre de tu Hijo, Jesucristo, nuestro Señor.
A  Amén.
P  Que la bendición de Dios todopoderoso, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo descienda sobre vosotros y permanezca siempre.
A  Amén.
Podéis ir en la paz de Dios.
A  Demos gracias a Dios.
Himno/canto
Sonne der Gerechtigkeit, de Christian David (Rise, O Sun of Righteousness, traducción de Frank W. Stoldt), u otro canto elegido por el comité local que prepara la celebración.
REFLEXIONES BÍBLICAS
Y ORACIONES PARA EL OCTAVARIO
DÍA 1 Uno murió por todos (2 Corintios 5, 14)
Isaías 53, 4-12
Entregó su vida como ofrenda expiatoria
Salmo 118, 1. 14-29
No me ha entregado a la muerte
1 Juan 2, 1-2 Jesucristo murió para que nuestros pecados sean perdonados
Juan 15, 13-17 Dar la vida por los amigos
Comentario
Cuando Pablo se convirtió a Cristo llegó a un entendimiento radicalmente nuevo: una persona murió por todos. Jesús no murió solo por su pueblo, ni solo por aquellos que simpatizaban con sus enseñanzas. Murió por todos los pueblos, pasados, presentes y futuros. Muchos cristianos, fieles al Evangelio, han entregado sus vidas por sus amigos a lo largo de los siglos. Una de estas personas fue el franciscano Maximiliano Kolbe, que fue encarcelado en el campo de concentración nazi de Auschwitz, y que en 1941, voluntariamente, entregó su vida para que un compañero prisionero pudiera vivir.
Ya que Cristo murió por todos, «todos en cierto modo han muerto» (2 Co 5, 14). Muriendo con Cristo, nuestro viejo modo de vida se ha vuelto una cosa del pasado y hemos entrado en una nueva forma de existencia: la vida en abundancia –una vida en la que podemos experimentar consuelo, confianza y perdón, también hoy– una vida que continúa teniendo sentido también después de la muerte. Esta nueva vida es vida en Dios.
Habiendo llegado a este entendimiento, Pablo sentía que el amor de Cristo lo apremiaba a predicar la Buena Noticia de la reconciliación con Dios. Las Iglesias cristianas comparten este mismo mandato de proclamar el mensaje evangélico. Debemos preguntarnos a la luz de nuestras divisiones cómo podemos anunciar este Evangelio de la reconciliación.
Preguntas
  • ¿Qué significa decir que Jesús «murió por todos»?
  • El pastor alemán Dietrich Bonhoeffer escribía: «Soy hermano de otra persona gracias a lo que Jesucristo hizo por mí y me hizo a mí; la otra persona se ha vuelto un hermano para mí gracias a lo que Jesucristo hizo por él». ¿Cómo afecta esto a la forma en la que veo a los demás?
  • ¿Cuáles son las consecuencias de esto para el diálogo ecuménico e interreligioso?
Oración
Dios y Padre,
en Jesús nos diste a aquel que murió por todos.
Él vivió nuestra vida y murió nuestra muerte.
Tú aceptaste su sacrificio y lo elevaste a una nueva vida junto a ti.
Concédenos a nosotros, que hemos muerto con él,
poder hacernos uno por el Espíritu Santo,
y vivir en la abundancia de tu divina presencia
ahora y por siempre. Amén
DÍA 2 Ya no vivan más para sí mismos (2 Corintios 5, 15)
Miqueas 6, 6-8
Se te ha hecho conocer lo que está bien
Salmo 25, 1-5 Señor, muéstrame tus caminos
1 Juan 4, 19-21 Amemos, pues, nosotros porque Dios nos amó primero
Mateo 16, 24-26
El que entregue su vida por mi causa, ese la encontrará
Comentario
Por medio de la muerte y la resurrección de Jesucristo hemos sido liberados de crearnos nuestro propio sentido y de vivir solo a partir de nuestras fuerzas. Por el contrario, vivimos en el poder dador de vida de Cristo, que vivió, murió y resucitó por nosotros. Cuando «perdemos» nuestra vida por él, la encontramos.
Los profetas se enfrentaron constantemente a la pregunta acerca del modo correcto de vivir cara a Dios. El profeta Miqueas encontró una respuesta muy clara a esta pregunta: «respetar el derecho, practicar con amor la misericordia y caminar humildemente con tu Dios». El autor del salmo 25 sabía que no podemos hacer esto por nuestra cuenta y clamaba a Dios para que le diera luz y fuerza.
En los últimos años, el aislamiento social y la creciente soledad se han vuelto asuntos importantes en Alemania, como también en otras sociedades contemporáneas. Los cristianos están llamados a desarrollar nuevas formas de vida comunitaria en las que compartimos nuestros medios de sustento con los demás y afianzamos la ayuda entre las generaciones. El llamamiento evangélico a no vivir para nosotros mismos sino para Cristo es también un llamamiento a abrirnos a los demás y a romper las barreras que nos aíslan.
Preguntas
  • ¿De qué manera nuestra cultura nos tienta a vivir solo para nosotros mismos en vez de para los demás?
  • ¿De qué formas podemos vivir para los demás en nuestra vida de todos los días?
  • ¿Cuáles son las implicaciones ecuménicas del llamamiento a no vivir ya para nosotros mismos?
Oración
Dios Padre nuestro,
en Jesucristo nos has liberado para una vida que va más allá de nosotros mismos.
Condúcenos con tu Espíritu
y ayúdanos a vivir nuestras vidas como hermanos y hermanas en Cristo,
que vivió, sufrió, murió y resucitó por nosotros
y que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
DÍA 3 A nadie valoramos con criterios humanos(2 Corintios 5, 16)
1 Samuel 16, 1. 6-7 Pues vosotros os fijáis en las apariencias, pero yo miro al corazón
Salmo 19, 7-13 El mandamiento del Señor es nítido, llena los ojos de luz
Hechos 9, 1-19 Saulo se convierte en Pablo
Mateo 5, 1-12 Las bienaventuranzas
Comentario
Encontrarse con Cristo cambia todo de arriba a abajo. Pablo tuvo esa experiencia de camino a Damasco. Por primera vez pudo ver a Jesús como quien era realmente: el Salvador del mundo. Su perspectiva cambió radicalmente. Tuvo que poner a un lado su juicio humano y mundano.
Encontrarnos con Cristo cambia también nuestra perspectiva. Sin embargo, muchas veces permanecemos en el pasado y juzgamos según criterios humanos. Pretendemos decir y hacer cosas «en el nombre del Señor», cuando en realidad pueden ser autorreferenciales. A lo largo de la historia, en Alemania y en muchos otros países, tanto las Iglesias como los gobernantes han abusado de su poder e influencia para perseguir fines políticos injustos.
En 1741, los cristianos de la Iglesia de Moravia (Herrnhuter), transformados por su encuentro con Cristo, respondieron al llamamiento de no valorar a nadie con criterios humanos y eligieron «someterse al gobierno de Cristo». Al someternos nosotros hoy al gobierno de Cristo, estamos llamados a ver a los demás como los ve Dios, sin desconfianza ni prejuicios.
Preguntas
  • ¿Dónde puedo identificar yo experiencias de Damasco en mi vida?
  • ¿Qué es lo que cambia cuando miramos a los demás cristianos y a las personas de otras confesiones con los ojos de Dios?
Oración
Dios trino, eres el origen y el fin de todo lo que existe.
Perdónanos cuando solo pensamos en nosotros mismos
y nos ciegan nuestros propios criterios.
Enséñanos a ser amables, acogedores y misericordiosos,
para que podamos crecer en la unidad que es un don tuyo.
A ti sea el honor y la alabanza por los siglos de los siglos. Amén.
DÍA 4 Lo viejo ha pasado (2 Corintios 5, 17)
Génesis 19, 15-26
 No mires atrás
Salmo 77, 5-15
Dios es siempre fiel
Filipenses 3, 7-14
Olvido lo que he dejado atrás
Lucas 9, 57-62
Pon tu mano en el arado
Comentario
Muchas veces vivimos desde el pasado. Mirar atrás puede ser útil y con frecuencia es necesario para sanar la memoria, pero también nos puede paralizar y nos puede impedir vivir en el presente. El mensaje de Pablo aquí es liberador: «lo viejo ha pasado».
La Biblia nos anima a tener en cuenta el pasado, a tomar fuerzas de la memoria y a recordar lo que Dios ha hecho, pero también nos pide dejar lo viejo, incluso lo que ha sido bueno, para poder seguir a Cristo y vivir una vida nueva en él.
A lo largo de este año muchos cristianos están conmemorando la labor de Martín Lutero y de otros reformadores. La Reforma cambió muchas cosas en la vida de la Iglesia de occidente. Muchos cristianos dieron un testimonio heroico y muchos fueron renovados en su vida cristiana. Al mismo tiempo, como nos muestra la Escritura, es importante que el pasado no nos limite, sino que dejemos que el Espíritu Santo nos abra a un nuevo futuro en el que se superen las divisiones y el pueblo de Dios sea salvado.
Preguntas
  • ¿Qué podemos aprender al leer juntos la historia de nuestras divisiones y desconfianzas?
  • ¿Qué debe cambiar en mi Iglesia para superar las divisiones y fortalecer lo que nos une?
Oración
Señor Jesucristo,
el mismo ayer, hoy y siempre.
Cura las heridas de nuestro pasado;
bendice hoy nuestra peregrinación hacia la unidad
y condúcenos hacia tu futuro,
en el que serás todo en todos,
con el Padre y el Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos. Amén.
DÍA 5 Una nueva realidad está presente (2 Corintios 5, 17)
Ezequiel 36, 25-27 Os daré un corazón nuevo
Salmo 126 Estamos alegres
Colosenses 3, 9-17 Renovados en Cristo
Juan 3, 1-8 Nacer del Espíritu
Comentario
Pablo se encontró con Cristo, el Señor resucitado, y se convirtió en una persona nueva, así como le pasa a todos los que creen en Cristo. Esta nueva realidad no es visible a simple vista. Es una realidad de fe. Dios vive en nosotros por el poder del Espíritu Santo y nos hace participar en la vida de la Trinidad.
Por este acto de nueva creación se supera el pecado original y se nos inserta en una relación salvífica con Dios. De ahí que se puedan decir cosas verdaderamente extraordinarias de nosotros. Como dijo Pablo: en Cristo somos una nueva criatura; en su resurrección la muerte ha sido vencida; ninguna persona o cosa nos puede arrebatar de las manos de Dios; somos uno en Cristo y él vive en nosotros. En Cristo somos «un reino de sacerdotes» (Ap 5, 10), al darle gracias por haber vencido la muerte y al proclamar la promesa de una nueva creación.
Esta nueva vida se hace visible cuando le permitimos que tome forma en nosotros y nos volvemos «compasivos, benignos, humildes, pacientes y comprensivos». También tiene que hacerse visible en nuestras relaciones ecuménicas. Una convicción común en muchas Iglesias es que cuanto más estemos en Cristo, más cerca estaremos unas de otras. De un modo especial en este 500 aniversario de la Reforma, recordamos tanto los éxitos como también las tragedias de nuestra historia. El amor de Cristo nos apremia a vivir como nuevas criaturas, buscando activamente la unidad y la reconciliación.
Preguntas
  • ¿Qué es lo que me ayuda a reconocer que soy una nueva creación en Cristo?
  • ¿Qué pasos tengo que dar para vivir mi nueva vida en Cristo?
  • ¿Cuáles son las implicaciones ecuménicas de ser una nueva creación?
Oración
Dios trino, te nos has revelado como Padre y Creador, como Hijo y Salvador, como Espíritu y dador de vida, y sin embargo eres uno. Superas y trasciendes nuestras fronteras humanas y nos renuevas. Danos un corazón nuevo para superar todo lo que pone en peligro nuestra unidad en ti. Lo pedimos en el nombre de Jesucristo, por el poder del Espíritu Santo. Amén.
DÍA 6 Dios nos ha reconciliado con él (2 Corintios 5, 18)
Génesis 17, 1-8 Dios hace una alianza con Abrahán
Salmo 98 Los confines de la tierra han visto la victoria de nuestro Dios
Romanos 5, 6- Dios nos ha restablecido en su amistad por la muerte de Cristo
Lucas 2, 8-14 Traer una Buena Noticia
Comentario
La reconciliación tiene dos caras: es al mismo tiempo fascinante y aterradora. Nos atrae de modo que la deseamos: dentro de nosotros, entre nosotros y entre nuestras diferentes tradiciones confesionales. Pero nos damos cuenta del precio a pagar y esto nos aterra, ya que la reconciliación implica renunciar a nuestro deseo de poder y de reconocimiento. En Cristo, Dios nos reconcilia gratuitamente consigo, aunque nos hayamos separado de él. La acción de Dios, sin embargo, trasciende también esto: Dios no solo reconcilia consigo a la humanidad, sino a toda la creación.
En el Antiguo Testamento Dios es fiel y misericordioso con el pueblo de Israel, con el que hizo una alianza. Esta alianza sigue vigente: «los dones y el llamamiento divinos son irrevocables» (Rm 11, 29). Jesús, que inauguró la nueva alianza en su sangre, era un hijo de Israel. Muchas veces a lo largo de la historia nuestras Iglesias han fallado a la hora de reconocer esto. Desde el Holocausto se ha vuelto un compromiso distintivo de las Iglesias en Alemania combatir el antisemitismo. Del mismo modo, todas las Iglesias están llamadas a llevar a cabo la reconciliación en sus comunidades y a resistir cualquier forma de discriminación humana, ya que todos somos parte de la alianza de Dios.
Preguntas
  • ¿En cuanto comunidades cristianas cómo entendemos el formar parte de la alianza de Dios?
  • ¿Qué tipos de discriminación deben combatir nuestras Iglesias hoy en nuestra sociedad?
Oración
Dios misericordioso, desde el amor hiciste una alianza con tu pueblo. Danos fuerza para resistir toda forma de discriminación. Haz que el don de tu alianza de amor nos llene de alegría y nos inspire una mayor unidad. Te lo pedimos por medio de Jesucristo, el Señor resucitado, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.
DÍA 7 El ministerio de la reconciliación (2 Corintios 5, 18-19)
Génesis 50, 15-21 José se reconcilia con sus hermanos
Salmo 72 El reino de Dios trae justicia y paz
1 Juan 3, 16b-21 El amor de Dios nos obliga a amarnos unos a otros
Juan 17, 20-26 Jesús ora por la unidad de la Iglesia
Comentario
La reconciliación entre Dios y la humanidad es la realidad central de nuestra fe cristiana. Pablo estaba convencido de que el amor de Cristo nos apremia a hacer que la reconciliación de Dios se haga presente en todos los ámbitos de nuestra vida. Hoy en día esto nos lleva a examinar nuestras conciencias acerca de nuestras divisiones. Como demuestra la historia de José, Dios siempre otorga la gracia necesaria para sanar las relaciones rotas.
Los grandes reformadores como Martín Lutero, Ulrico Zuinglio y Juan Calvino, como también muchos que permanecieron católicos, como Ignacio de Loyola, Francisco de Sales y Carlos Borromeo, intentaron conseguir que la Iglesia occidental se renovara. Sin embargo, lo que debería haber sido una historia de la gracia de Dios, estuvo también marcada por el pecado de los hombres y se volvió una historia del desgarramiento de la unidad del pueblo de Dios. De la mano del pecado y de las guerras, la hostilidad mutua y la sospecha fueron creciendo a lo largo de los siglos.
El ministerio de la reconciliación incluye la tarea de superar las divisiones dentro del cristianismo. Hoy en día, muchas Iglesias cristianas trabajan juntas con mutuo respeto y confianza. Un ejemplo positivo de reconciliación ecuménica es el diálogo entre la Federación Luterana Mundial y el Congreso Mundial Menonita. Después de que se hicieron públicos los resultados de este diálogo en el documento «La sanación de las memorias: reconciliación por medio de Cristo», las dos entidades organizaron juntas una celebración penitencial en 2010 que fue seguida de otras celebraciones penitenciales por toda Alemania y en muchos otros países.
Preguntas
  • ¿Dónde percibimos la necesidad de un ministerio de la reconciliación en nuestro contexto?
  • ¿Cómo estamos haciendo frente a esta necesidad?
Oración
Dios de toda bondad,
te damos gracias por habernos reconciliado
 a nosotros y a toda la creación contigo en Cristo.
Capacítanos a nosotros, a nuestras congregaciones
y a nuestras Iglesias para el ministerio de la reconciliación.
Sana nuestros corazones y ayúdanos a propagar tu paz.
«Donde haya odio, que sembremos amor; donde haya ofensa, perdón;
donde haya duda, fe; donde haya desesperación, esperanza;
donde haya tinieblas, luz; donde haya tristeza, gozo».
Te lo pedimos en el nombre de Jesucristo,
por el poder del Espíritu Santo. Amén.
DÍA 8 Reconciliados con Dios (2 Corintios 5, 20)
Miqueas 4, 1-5
En los últimos días reinará la justicia
Salmo 87
Maravillas se cuentan de ti, ciudad de Dios
Apocalipsis 21, 1-5a Dios hará un cielo nuevo y una tierra nueva
Juan 20, 11-18
Encontrarse con el Señor resucitado lleva a la misión personal
Comentario
¿Y si…? ¿Y si las profecías de la Biblia se hicieran realidad? ¿Y si las guerras entre los pueblos se detuvieran y se hicieran de las armas instrumentos de vida? ¿Y si la justicia de Dios y la paz reinaran, una paz que fuera más que la simple ausencia de guerra? ¿Y si toda la humanidad se juntara para una celebración en la que ni tan siquiera se marginara a una persona? ¿Y si no hubiera ya luto, ni llanto, ni muerte? Sería la plenitud de la reconciliación realizada por Dios en Jesucristo. ¡Sería el cielo!
Los salmos, los cánticos y los himnos cantan el día cuando toda la creación llegada a su plenitud finalmente alcance su meta, el día en que Dios será «todo en todos». Hablan de la esperanza cristiana, del cumplimiento del reino de Dios en el que el sufrimiento se convertirá en alegría. En aquel día, la Iglesia será revelada en su hermosura y gracia como el único cuerpo de Cristo. Siempre que nos reunimos en el Espíritu para cantar juntos el cumplimiento de las promesas de Dios, se abren los cielos y empezamos a bailar aquí y ahora al son de la melodía de la eternidad.
Puesto que ya podemos experimentar esta presencia del cielo, celebremos juntos. Podemos sentirnos inspirados para compartir imágenes, poesías y cantos de nuestra tradición particular. Estos recursos pueden abrir espacios para que experimentemos nuestra fe común y nuestra esperanza del Reino de Dios.
Preguntas
  • ¿Cómo te imaginas el cielo?
  • ¿Qué canciones, historias, poesías e imágenes de tu tradición te transmiten la sensación de estar participando en la realidad de la eternidad de Dios?
Oración
Dios trino, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te damos gracias por esta Semana de Oración, por estar juntos como cristianos y por los distintos modos en que hemos sentido tu presencia. Haz que siempre podamos alabar juntos tu santo nombre para que podamos seguir creciendo en la unidad y la reconciliación. Amén.
o
Gloria canten a ti
las humanas y angélicas lenguas
con arpas y címbalos.
De doce perlas son las puertas
de tu ciudad; seremos compañeros
de los