SE VA A LLAMAR JUAN

SE VA A LLAMAR JUAN

Is 49,1-6, Hch 13,22-26; Lc 1,57-66.80
El relato del nacimiento de Juan Bautista adquiere nueva significación cuando es leído a la luz de las tradiciones proféticas del Segundo Isaías. El motivo del habla y la palabra está presente en ambas narraciones. Mientras que el Siervo tiene conciencia de que Dios ha potenciado sus capacidades de lenguaje, haciendo de su boca una espada afilada, diestra para cumplir su misión de establecer el derecho en las naciones; por su parte Zacarías, enmudece y queda sin decir palabra durante el tiempo de la gestación de Juan Bautista. Ese extraño y largo periodo de silencio concluye al momento que el precursor recibe el nombre de Juan. Nombre cargado de simbolismo, porque efectivamente anuncia que Dios tiene compasión. De ese mensaje será testigo el profeta del Jordán, que anuncia la llegada del tiempo de la purificación y el cambio interior.

Is 49,1-6, Hch 13,22-26; Lc 1,57-66.80
El relato del nacimiento de Juan Bautista adquiere nueva significación cuando es leído a la luz de las tradiciones proféticas del Segundo Isaías. El motivo del habla y la palabra está presente en ambas narraciones. Mientras que el Siervo tiene conciencia de que Dios ha potenciado sus capacidades de lenguaje, haciendo de su boca una espada afilada, diestra para cumplir su misión de establecer el derecho en las naciones; por su parte Zacarías, enmudece y queda sin decir palabra durante el tiempo de la gestación de Juan Bautista. Ese extraño y largo periodo de silencio concluye al momento que el precursor recibe el nombre de Juan. Nombre cargado de simbolismo, porque efectivamente anuncia que Dios tiene compasión. De ese mensaje será testigo el profeta del Jordán, que anuncia la llegada del tiempo de la purificación y el cambio interior.