Reflexión Perdón para el que se humilla

Reflexión Perdón para el que se humilla

EL REY ACAB Y EL VIÑADOR NABOT

Aún el más malo, como fue el rey Acab, que ordeno matar a Nabot, de forma miserable,  por codiciar la viña de este. puede aplacar la ira del Dios omnipotente, con su humillación. Nuestras buenas obras han de ser hechas en el conocimiento de que sólo Dios es el realizador, y nosotros siervos inútiles.  (Lucas 17:10)

Así como los árboles mejores y de mayor fruto no son grandes, y con su fruto inclinan sus ramas al suelo, así el humilde no busca engrandecerse, y sus frutos no están tan en alto que el prójimo no pueda tener de ellos gozo y provecho. Dice San Pablo: Lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios. Y lo débil del mundo… y lo vil… y lo menospreciado… y lo que no es. El que se gloríe, gloríese en el Señor. (1ª Corintios 1:28)

 

¡Qué razón tenía Jesús para alabar al Padre! Porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos y las revelaste a los niños.Sí, Padre, porque así te agradó. (Mateo 11: 25, 27)  Los leprosos, ciegos, y tullidos, recibieron de Cristo la salud, cuando mostraron sin más su pobreza, sus llagas y sus males. De Juan el Bautista, dijo Jesús ser más que profeta, y de ellos, el más grande de todos, Juan dijo de sí mismo no ser digno de desatar la correa de las sandalias de Jesús. (Lucas 3:16)

 

¿Y qué decir de cómo Dios ensalza a lo largo de la Escritura a hombres humildes según el mundo, segundones, pero para El, simiente escogida? Ensalzó a Abel sobre Caín. A Isaac sobre Ismael. A Jacob sobre Esaú. A José sobre sus hermanos. A Efraín sobre Manasés. A Moisés sobre Aarón. A los hijos de Aarón sobre los de Moisés. A David sobre sus hermanos, hermosos y fuertes, y sobre el rey Saúl, de gran estatura y valiente. Al publicano sobre el fariseo… Dios no hace acepción de personas.(Romanos 2:11 y concomitantes)

 

¡Cómo se quiere rendir la grandeza de Dios ante la humildad! Ante el vacío de la humildad, lánzase Dios a llenarlo de Él mismo; y ante la suprema humildad de Jesús, lo ha puesto a su derecha como Hijo, haciéndole recibir su misma adoración, gloria y alabanza. (Apocalipsis 7:10) ¡Oh, la soberana y sabia grandeza de Dios movida por la humildad! Siempre hemos de tener presente, que solo con la humildad y sometimiento a Dios es como podemos agradarle.