Que en esta Semana Santa, estemos junto a Jesús y a María

El domingo 20 de marzo, el cardenal Juan Luis Cipriani, presidió la Santa Misa en Domingo de Ramos, en la Basílica Catedral de Lima. Previamente, el Arzobispo de Lima y Primado del Perú realizó la tradicional bendición de los ramos en la Parroquia El Sagrario, que está ubicado al costado de la Catedral de Lima para desde allí salir en procesión y dar inicio a la Semana Santa.

En su homilía, el Cardenal Juan Luis invitó a todos los asistentes a leer la pasión y muerte de Jesucristo en los Evangelios, y los exhortó a meditar sobre sus vidas leyendo este pasaje.

“Ábrele la puerta, que viene Jesús porque quiere entrar. Déjalo entrar. Y, ¿qué quiere decir dejarlo entrar? Quiere decir leer y meditar la pasión que acabamos de leer cada uno en su casa. Es bueno que abran el Evangelio en este pasaje de la pasión y la muerte y leerlo. Así el mismo Jesús te estará hablando a ti y en este pasaje de la pasión veremos como una película de nuestra vida”.

La voluntad de Dios siempre es buena”

También señaló a los fieles que la voluntad de Dios siempre es buena y que no hay que tener miedo de aceptarla.

“Vemos como Jesús es dejado en manos de Judas, un traidor. En la vida hay traidores, uno de los discípulos escogido por Cristo lo traicionó. Piensa en tu vida, no te asustes, no te preocupes si en alguna ocasión sientes la traición. Jesús fue traicionado y no se desespera, no da de gritos y no golpea. Acepta la voluntad de su Padre, Dios. Es la voluntad de su Padre que haya un traidor entre los doce apóstoles, Judas. Hay cosas que a veces no se pueden explicar bien, que no se entiende, pero la voluntad de Dios siempre es buena”.

“Más adelante vemos como Simón, Pedro, el primer Papa, lo niega, tiene miedo. También te puede pasar a ti que a veces por defender tu fe, por hablar claro a tus amigos, a tus parientes, pueda pasarte que te da miedo.  Es lo que le paso a Pedro cuando le dijeron que era uno de ellos. También en tu vida y en la mía, a veces el Señor nos pide entregarnos y nos da miedo. Decimos: “No puedo más con este problema, no sé que hacer con esta situación, ¿cómo es posible que pase esto?”, muchas preguntas. No tengas miedo”.

“Seamos valientes defendiendo nuestra fe”

El Arzobispo de Lima también pidió a los fieles a ser valientes para defender la fe en Jesús.

“Si quieres seguir los pasos de Cristo en tu vida te verás envuelto en comentarios, en insultos o en golpes. Es el camino de Jesús, el camino de la salvación. Nunca vemos en Jesús, el Hijo de Dios, un: no puedo. No hay excusas, el Señor calla, acepta y sufre para darnos una lección. Aprendamos, calla, trabaja, reza, pídele a Dios. Que fácil es ser bueno cuando todo va bien y cuántas veces ante al primer sufrimiento, a la primera traición, soledad o duda, me corro, me escapo y huyo. Por eso, en la pasión hay una invitación a esa humildad de ser valiente, no a la cobardía de huir”.

 

Indicó, que a pesar de todo lo malo, Jesús siempre perdona y se presenta como un Dios de misericordia.

“Ante el amigo, el traidor, el sufrimiento, la burla y la muerte la respuesta de Cristo es: perdónalos. Y cuando aquel ladrón le dice: “acuérdate de mí”, Él le responde: “hoy estarás conmigo”, esa es la misericordia. Esa puerta que hemos pasado en el año de la misericordia para que acudamos estos días a la confesión con dolor y con arrepentimiento para que Jesús te pueda decir: “Hoy estarás conmigo”. Jesús no abandona a nadie, simplemente somos nosotros los que abandonamos a Jesús”. Al final dice: “Padre en tus manos encomiendo mi espíritu”. Estamos en buenas manos. Reza, frecuenta los sacramentos, lee la pasión con valentía, no seamos cobardes. Si Jesús ha entregado su vida para asegurarte el perdón, ¿por qué voy a ser cobarde?”.

Por último, el Cardenal Juan Luis invitó a ser como María y aceptar la voluntad de Dios como ella.

“María sabe que se está cumpliendo la voluntad de Dios. Esto es importante en tu vida y en la mía. La voluntad de Dios es la mejor, que se cumpla en nuestras almas, en nuestras familias, nuestra ciudad y nuestro país. Hermanos, entremos a esta Semana Santa leyendo, meditando, contemplando nuestra vida alrededor de la pasión, y así verás que es una Semana Santa realmente junto a Jesús y junto a María. Que el Señor nos ayude a todos a vivir bien esta semana de dolor y de gozo que termina el próximo domingo. Ahora estamos en esa fase, acompañando a Jesús en el dolor”