P. Daniel Maes: Un belga en la guerra de Siria

El P. Daniel Maes se define como un “sencillo sacerdote belga”. Es un padre norbertino, de la Abadía flamenca de Postel, en Bélgica. Durante veinte años fue profesor de Teología Moral. Su inquietud espiritual le condujo después a colaborar con la Renovación Carismática Católica y con el movimiento ecuménico. En este contexto conoció a la Madre Agnes Mariam, que en el año 2000 había fundado la Orden de la Unidad de Antioquía, The Unity of Antioch.

En el año 2010, el P. Daniel se trasladó a vivir a Siria, al monasterio fundado por Madre Agnes Mariam en Qara, que está entre Damasco y Alepo. Poco después, fue testigo de cómo se gestaba aquello que los medios de comunicación describieron como una guerra civil y que él no duda en calificar de manipulación proveniente del extranjero. El P. Daniel lo explica así: “En general los medios de comunicación están diciendo que comenzó como un movimiento de protestas pacíficas. Eso es una gran mentira. Nosotros vimos con nuestros propios ojos cómo empezó todo, aquí en nuestro propio pueblo. Y hemos oído de nuestros amigos y de otras personas cómo ocurrió en todo el país de la misma manera”.

“Algunos viernes por la tarde, en los comienzos de la guerra, pasamos por la tarde cerca de la Mezquita central. Un viernes por la tarde vimos mucho movimiento y unos diez o quince chicos extranjeros, es decir no sirios, armando bulla y hablando en contra del Presidente, en contra de Siria. Ellos se tomaban fotos, ellos mismos, fotos y vídeos. Después fuimos a la casa del párroco y este nos contó que desde hacía unas semanas estaban viniendo personas del extranjero para formar disturbios. Ellos invitaban a nuestros jóvenes a tomarse fotos con ellos. Esas fotos y vídeos los mandaban después a Al Jazeera en Qatar. Al Jazeera está haciendo circular esas fotos por todo el mundo para hacer creer que todo el país está protestando en contra de su presidente sirio y en contra del mismo país. Esto ha sido una gran mentira desde el principio. Pero esta es, hasta ahora, la versión de los medios de comunicación”. Al Jazeera es una cadena de televisión por satélite de lengua árabe fundada en noviembre de 1996 por el gobierno de Qatar.

“Es muy complicado, ellos no aceptan la verdad. La verdad es completamente diferente. Todo esto fue organizado desde fuera. Pero en ese momento no sabíamos que estaba tan bien organizado, pensábamos que pasaría. (…) Pero no pasó. Lo que vino fueron más y más rebeldes, más y más armas, más y más violencia, y ataques. Atacaron y mataron a un hombre cristiano. Después mataron a un hombre musulmán, para dar la impresión de que había una guerra civil. Pero no es para nada una guerra civil, nunca ha sido una guerra civil. En Siria, musulmanes y cristianos se han unido siempre para protestar contra los terroristas que vienen desde fuera. Todo ha sido originado por razones políticas, agendas políticas que fueron introducidas aquí desde fuera”.

El P. Daniel confiesa que “poco a poco se fue haciendo más peligrosa nuestra estancia aquí. Cada vez más tenemos que mantenernos aquí dentro, para no dar lugar a que nos secuestren, porque eso sería terrible para la comunidad. Por eso nos mantenemos dentro. En noviembre de 2013, fue el momento más peligroso, porque los terroristas llegaron a estar muy cerca de donde estábamos nosotros”. “El ejército llegó con apenas unos cientos de soldados. Pero, ¿qué pueden hacer unos cuantos cientos de soldados contra decenas de miles de rebeldes y terroristas con armas? Atacaron y nosotros nos encontramos en medio, entre el ejercito y los terroristas”. El P. Daniel y su comunidad habían acogido en su monasterio a varias familias, algunas de ellas musulmanas. Ellos se reunieron para rezar. Celebraron la Eucaristía. Eran conscientes de que podía ser su última Eucaristía, la última vez que se daban la paz. “Fue un momento terrible, terrible. Pero fue increíble que en un momento determinado, muy temprano, por la mañana, vino un hombre y nos dijo: «Ha terminado, ha terminado». Nadie puede explicar lo que pasó. Es como un secreto en el corazón de Dios. Los rebeldes huyeron, se fueron al Líbano…. Gracias a Dios y a la gente del pueblo estamos a salvo. Justo en el momento cuando pensábamos que estábamos en las últimas, vino este hombre con una sonrisa grande y dijo: «Ha terminado». Este hombre se llamaba «Uh Allah», que significa: «el espíritu de Dios». Era un hombre musulmán”.

Aunque la situación en la zona donde está situado su monasterio ha mejorado, gracias a la intervención del ejército ruso, la situación sigue siendo difícil en el país porque “después de cinco años de guerra, todo el mundo se encuentra en situación de pobreza”. “No hay trabajo, todo ha sido destruido, las fábricas han sido destruidas. En Alepo, como vosotros sabéis, todas las fabricas han sido destruidas por el ejército Turco. Ellos se llevaron toda la maquinaria”.

El P. Daniel y su comunidad, junto con voluntarios del movimiento “Red Crescent”, tratan de socorrer las necesidades básicas de tantas familias empobrecidas. Pero no se quedan ahí. “Las personas no quieren vivir solo de los regalos que reciben, ellos quieren trabajar para sus familias, por eso hemos abierto varias fábricas”. “Hay un buen ambiente y la gente está muy contenta. Aunque son pobres, ahora pueden ver un futuro para ellos y sus familias”.

Casi todos los días hay jóvenes musulmanes, chicos y chicas, viniendo a nuestros servicios de oración. A menudo vienen a mí para pedirme una bendición y yo les doy la bendición en el nombre de Jesús. (…) Intentamos no ofenderles, pero no negamos nuestra fe en nada. (…) Hay una necesidad espiritual y material e intentamos trabajar en estos dos campos todo lo que podemos.

La Madre, Agnes Mariam impulsó también el nacimiento del movimiento «Musalaha». Es un movimiento de reconciliación que se ha extendido ya por todo el país y del que forman parte hombres y mujeres de distintas confesiones religiosas.

Ante la pregunta de qué podemos hacer desde Occidente por Siria, el P. Daniel señala sin vacilaciones dos cosas que debemos hacer: “Lo principal es reconocer la verdad. La verdad es que no fueron los sirios los que protestaron en contra de la dictadura. Eso vino desde fuera, todo es desde fuera. Es por cuestiones políticas por las que quieren destruir este lugar, que es el lugar más importante en el Medio Oriente desde el punto de vista estratégico por su petróleo, su gas y el contacto con el Mar Mediterráneo. Esas personas de fuera, lo que quieren es destruir la soberanía de Siria. Espero que los que me escuchan lo reconozcan y que no se pongan al lado de los asesinos, que se pongan del lado de las victimas inocentes. Que no sigan estudiando las mentiras que son dichas y esparcidas por todo el mundo, día tras día. (…) Esto es lo primero. Manteneros del lado de los inocentes. (…) Todo se solucionará cuando las personas, sus países, los de fuera, dejen de enviar terroristas. Otros países no deben venir aquí en contra de nuestro gobierno legal. Nadie tiene el derecho de venir desde fuera y dictar el futuro de estas personas. Son estas personas mismas las que deben establecer su propio gobierno y establecer su propio futuro. Si ustedes son verdaderos demócratas, dejen que ellos lo puedan hacer”.

“El segundo punto importante es que usted mismo sea un buen cristiano. En este momento, en el Oriente Medio, podemos decir que está habiendo un genocidio: están matando al pueblo cristiano, ya que los cristianos son el elemento más importante para la paz del país. Ellos – los de fuera – no quieren la paz, quieren destruir la paz. Los cristianos son los promotores más importantes de la paz y de la armonía en la sociedad. Ellos fueron los primeros habitantes de este país. Entonces, si ellos – los de fuera – logran matar las raíces del cristianismo en Oriente Medio – esto es, los cristianos – entonces lograrán matar el árbol y el árbol morirá. Esto es lo que le interesa a los de fuera. Hay mucho peligro. Traten de convencerse ustedes mismos de que el cristianismo, la fe cristiana, es el regalo más importante y precioso de Dios para este mundo. E intenten ayudar a estos cristianos de aquí para que puedan vivir como ellos desean, para que así puedan ser los evangelizadores de Oriente Medio, en vez de ser echados fuera. Ellos no tienen por qué ser refugiados”.

El P. Daniel termina diciendo: “Tenemos que hacer todo lo posible para vivir en paz. Pero no podemos poner nuestra esperanza en cosas materiales ni en poderes humanos. Tenemos nuestra esperanza puesta en Jesús, en el Señor. Pedimos que Él venga, el Señor Jesús. Y sabemos lo que nos dijo Jesús: “Cuando veáis todas esas cosas… – refiriéndose al fin del mundo – Cuando veáis todos esos desastres y guerras, levantad la cabeza porque vuestra salvación está cerca”. Después de eso Él será el Señor. (…) Seamos solidarios con los cristianos, especialmente los cristianos de aquí, de Oriente Medio. Sabiendo que también es necesario para nosotros que ellos permanezcan aquí (…) Mientras tanto estamos intentando vivir con el mayor amor posible los unos por los otros”.