MIGRANTES, DESAFIO DEL NUEVO MILENIO

Manifiesto público al final del Capítulo General
HERMANITAS DE LA ASUNCION, Equipe de Rédación, assomptionpetitessoeurs@yahoo.fr
PARÍS (FRANCIA).

ECLESALIA, 30/06/11.- Las Hermanitas de la Asunción vivimos y trabajamos en los diferentes continentes. Diariamente entramos en contacto con el sufrimiento insoportable de los migrantes y desplazados de toda edad y cultura. Los vemos llegar por tierra y por mar en condiciones terriblemente precarias, frecuentemente a precio de su vida. Siempre explotados por personas que se aprovechan de la urgencia de dejar el país de origen para acceder a necesidades básicas para ellos y sus familias.

Los encontramos sin casa, con hambre, sin dinero, indocumentados, sin posibilidades de comunicación en un país desconocido. Una experiencia traumática para el resto de su vida que les lleva a refugiarse en guetos con otras personas en situaciones semejantes.El sistema político local utiliza los medios de comunicación para describirlos como invasores que se apropian de los recursos del país al que llegan. Destacan sólo el coste público del financiamiento de programas para los inmigrantes y poco a poco reducen las ayudas.

Los países que acogen, aprueban leyes que no respetan las convenciones y los acuerdos internacionales para migrantes sin tener en cuenta los derechos humanos, hiriendo fuertemente su dignidad. Promueven políticas migratorias inaceptables, basadas en la percepción de los inmigrantes como criminales – terroristas de los que es necesario protegerse, de ahí la creación de lo Centros de Retención y expulsión. Son lugares de violencia y abusos, origen de revueltas sofocadas con más violencia. Esta situación es inaceptable en el siglo XXI. Se cierran las fronteras para las personas, mientras que se abren libremente para las finanzas, el comercio y la información. El racismo y la xenofobia están en aumento.

¿Por qué los inmigrantes dejan su país?

La población migrante se triplicó en los últimos cuarenta años y continuará aumentando. Las causas de este movimiento son muchas: guerra, violencia, desastres naturales y pobreza; todo ello resultado de un desarrollo injusto. Es hora de que nosotros/as y nuestros gobiernos reconozcamos que la gente deja su país porque no hay otra opción para sobrevivir. Las causas de la migración están en las decisiones que tomamos para organizar la vida y las relaciones en diferentes niveles.

En el Sínodo africano del 2009, Monseñor W Avenya, obispo de Makurdi Nigeria, dijo: “Los pueblos africanos van a seguir llegando a Europa, a riesgo de morir en el desierto o en el mar, hasta que no se tome en consideración el equilibrio económico y ambiental entre los dos continentes y el resto del mundo. La responsabilidad de reajustar este desequilibrio tiene que venir del Occidente.” De esto todos/as somos responsables.

No podemos mantener el silencio

Estamos profundamente cuestionadas acerca de:

– La reiterada violación de los derechos humanos fundamentales, los actos de violencia, el tráfico humano, la violencia sexual, la discriminación y las detenciones arbitrarias que se cobran víctimas entre los trabajadores migrantes, particularmente los africanos del Sub-Sahara

– Las intervenciones que detienen peligrosamente a los migrantes en el mar y en las fronteras al interior del país, especialmente los recientes naufragios de centenares de personas a lo largo de las costas del sur de Italia, incluyendo a muchas mujeres y niños que intentaban huir de la guerra en su país.

– La situación humanitaria de miles de trabajadores migrantes y sus familias que están hacinados en Centros de tránsito sin protección, sin acceso al agua, a una alimentación adecuada ni a servicios de salud.

Con un corazón compasivo y una actitud cooperativa

Apoyamos:

– El establecimiento de políticas de desarrollo y comercio internacional que favorezcan una economía justa y sostenible en los países donde el flujo de migrantes es mayor. Una economía que proteja las riquezas naturales de los paises más empobrecidos de la avaricia del occidente rico. Esto permitiría reducir el número de personas llevadas a emigrar por la extrema pobreza.

– Una reforma integral de las políticas migratorias y la preocupación permanente por garantizar a los inmigrantes indocumentados pleno acceso a los derechos fundamentales.

– Reconocer su contribución a la economía del país al que llegan y crear recursos legales que rijan el mercado laboral y garanticen un flujo de migración seguro y económicamente sostenible.

– Facilitar la reagrupación familiar y la unidad de la familia migrante. Mantener los lazos familiares es esencial para llegar a ser plenamente humanos y lograr la estabilidad social.

Reunidas en Capítulo General, nos hacemos más conscientes de la complejidad del movimiento global de los migrantes en el mundo de hoy y del gran sufrimiento impuesto a millones de personas.

Renovamos nuestro compromiso con los migrantes, fortaleciendo nuestras acciones locales en una perspectiva global, trabajando en red con organizaciones internacionales. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

Hermanitas de la Asunción

Capítulo General Junio 2011 – París

Para más información: http://www.assomption-psa.org

http://www.eclesalia.net