Libro: Bienaventuranzas de la vida
(Parte de la Introducción y de la Presentación de Pedro Casaldáliga)
Introducción
En el centro de los Evangelios encontramos un discurso sumamente importante (el Sermón de la Montaña), y en su corazón destacan las Bienaventuranzas, que es el programa vital de toda su enseñanza, de su propuesta. Ésta es la fuente de la que han bebido millones de seguidores suyos de todos los tiempos a lo largo de la historia. Un manantial del que brotan ríos de agua viva y, sobre todo, de felicidad para quienes las tomamos como norma de vida, como la mejor forma de ser y de actuar en el mundo que nos ha tocado vivir.
Me parece muy importante presentar el mensaje de Jesús con palabras que se puedan entender en la sociedad en que vivimos. Y como una propuesta de felicidad. Una felicidad que no es tan solo personal, sino colectiva. Todas las bienaventuranzas están presentadas en plural: Bienaventurados. No podremos ser plenamente felices hasta que no lo sean quienes viven a nuestro alrededor. Sólo seremos felices si compartimos nuestra felicidad e intentamos hacer felices a los demás.
El programa de felicidad que Jesús nos presenta no deja de lado ninguno de los ámbitos de la vida del ser humano. Por eso, las bienaventuranzas que aparecen en este libro comprenden profesiones, tiempos litúrgicos, aspectos sociales, religiosos, la solidaridad, los valores, la familia… En un amplio espectro de la vida personal y social de nuestro mundo actual.
Cuando he presentado algunas de estas bienaventuranzas a gente cercana, me han dicho que les han gustado, que así, desde la cotidianeidad se entienden mejor, y me han alentado a seguir escribiendo otras similares. Éste es el motivo por el que me he animado, con temor y temblor, a actualizarlas, para que sirvan a otras personas. Espero sinceramente que os sirvan.
Presentación
Querido Miguel Ángel,
Hay mucha poesía en todos tus escritos. Siempre con un estilo cariñoso, familiar. Estás hablando y escribiendo desde dentro, solidariamente. Y tu último libro «Bienaventuranzas de la Vida» es un hito en ese camino ya largo de tu pastoral de escritor diario. Es muy necesario, hoy más que nunca, proclamar las Bienaventuranzas, corazón del Evangelio, traducidas desde la vida, para la vida, combatiendo con unción y hasta con ternura las depresiones, las irritaciones, las tensiones que proliferan en la Sociedad y en la Iglesia. Un buen Evangelio siempre suma utopías y verdades, denuncias y consolaciones. Las verdaderas Bienaventuranzas son «Bienaventuranzas de la Vida». Este tu libro traduce muy fraternalmente las Bienaventuranzas da la Vida del Reino….
Pedro Casaldáliga