Libro: ‘Meditaciones desde la calle’ de Ediciones Khaf

UNA RENOVADA Y ESPERANZADORA MIRADA A DIOS Y A LA IGLESIA CATÓLICA

Entrevista a Jairo del Agua ante la publicación de su primer libro

ANTONIO F. SEGOVIA, editor, afernandez@edicioneskhaf.es MADRID.

ECLESALIA, 12/04/10.- Reflexionar sobre la fe y expresarlo con un lenguaje sencillo, asequible y cuidado no es fácil. Sin embargo, cada vez más creyentes hacen un esfuerzo por «dar razones» de su esperanza y ponen palabra a las intuiciones que circulan por muchas comunidades o por la mente de muchos cristianos de a pie.

Surge así una forma de hacer teología donde la bibliografía fundamental es la vida diaria y donde se nos descubre un Dios cercano que se nos va revelando en la Palabra, en las personas y en los acontecimientos que jalonan nuestra existencia. Una reflexión que puede llegar a todos y que tiene como misión servir de repetidor de aquella frase del evangelio de Juan: «que tengan vida y la tengan en abundancia».

Jairo del Agua es alguien conocido para todos los que compartimos esta comunidad virtual. Acaba de publicar su primer libro, “Meditaciones desde la calle” de Ediciones Khaf donde nos ofrece sus reflexiones sobre Dios, la fe y la Iglesia. Con pasión va hilvanando experiencias que le han configurado y que aparecen de manera reiterada en su nueva obra: Jesucristo, oración, importancia de la Palabra, vida abundante, ayudar, hijos de un Padre millonario…

Encontrarse con Jairo merece la pena. Por eso, compartimos con vosotros una conversación mantenida con él a raíz de la publicación de su libro.

– Para algunos serás conocido por tus reflexiones digitales pero ¿quién eres y a qué te dedicas?

Soy un católico de a pie, casado, padre de familia que, tras una jubilación joven, decidió dedicarse a ayudar. Mi ayuda es de tipo sicológico y espiritual, intento facilitar el encuentro con uno mismo y con Dios, las dos caras de una misma moneda. Eso me llevó a convertirme en escritor, conferenciante y confidente. Además de atender a mi familia, claro. Suelo añadir, como esencial en mi vida, que soy orante por vocación o, mejor, por necesidad.

– ¿Por qué orante en un mundo tan dinámico? ¿Qué te aporta la oración?

¡Vida, fuerza, luz! Alguna vez me han dicho que vivo despistado, que perder tanto tiempo orando cuando hay tanto que hacer… Sin embargo mi «determinada determinación» de hacer oración personal todos los días es pura supervivencia. Son mi fragilidad y mi limitación las que hacen imprescindible la ayuda del respirador de la oración, esa transfusión diaria que me permite seguir caminando.

– Dinos tres palabras que nos ayuden a acercarnos a ti.

Bien, Humanidad, Iglesia. Pero mi diccionario es más amplio.

– Tres personas (o personajes) que te han configurado.

Esta pregunta ya me la hacían en los test de selección de personal cuando era joven. He cambiado mucho desde entonces, pero la respuesta sigue siendo la misma: Jesús de Nazaret, Jesús de Nazaret y Jesús de Nazaret. Después todos los que -vivos o muertos-me ayudaron a encontrarle o me motivaron a seguirle.

– ¿Qué momentos de la vida de Jesús destacarías?

Todos. Imposible seleccionar. Es una altísima meseta coronada por la Resurrección que nos ilumina y nos llama, desde lo más hondo de nuestra humanidad, a subir y gozar de su planicie.

– Un aprendizaje vital que consideras fundamental.

La Sicopedagogía del Crecimiento que tanto me ha ayudado a madurar como persona y como cristiano.

– ¿Qué visión tienes de la Iglesia actual?

Muy necesitada. Muy necesitada de evangelización, empezando por los de arriba, una evangelización que se palpe y se vea. No entiendo por qué lo ven tan difícil. A mí me parece que basta con empezar a andar, comenzar por lo fácil. El «echa andar» del Evangelio, bastaría. Siento que estamos demasiado encamados en burocracias, ritos y temas adyacentes.

– ¿Cómo ves el papel de los laicos en la Iglesia?

Esencial. Los laicos debemos contagiar vida. Los clérigos deben alimentarla y motivarla. Como provengo del mundo empresarial, nunca he comprendido cómo la Iglesia (Jerarquía) no ha aprendido a «delegar» y a instaurar la «comunicación horizontal y ascendente». Me parecen elementos básicos en cualquier grupo humano.

– ¿Hacia dónde te gustaría que caminara el Pueblo de Dios?

Hacia una humanización suficiente (no me atrevo a decir plena). Ese es el camino de vuelta al Padre. Lo conocemos («Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida») pero no lo caminamos o nos estorbamos más que ayudamos.

– Las reflexiones de tu Blog son muy seguidas ¿cómo valoras la presencia de los cristianos en la Red?

Como agentes activos es imprescindible para evangelizar porque Internet se ha convertido en «el medio de comunicación global». Pero hay que tener en cuenta que es una jungla y no todo vale. No entramos para dejarnos contaminar, ni para pelear con nadie, sino para iluminar. Hay dos aportaciones básicas: información y testimonio. Yo prefiero lo segundo porque contagia vida. Por eso dicen que mi Blog es de meditación y encuentro.

Como receptores pasivos, es imprescindible saber seleccionar lo que realmente nos ayuda y nos construye. Hay muchas páginas cristianas que difunden todavía una religión mítica e infantil que poco aporta a quien quiere caminar. Hay otras cuyo desarrollo es anticristiano aunque se presenten bajo nombres o siglas muy cristianas. Y también hay otras, ancladas en el pasado más remoto, que sólo difunden inmovilismo e integrismo. Todo lo contrario del cristianismo que es Camino que hay que andar, Verdad que hay que descubrir y Vida que hay que desarrollar.

Insisto, en este medio tan complejo, universal y resbaladizo, los cristianos deberíamos discernir muy bien lo que aportamos y lo que tomamos.

– No todos los libros se leen de la misma forma ¿cómo deberíamos acercarnos a “Meditaciones desde la calle”?

Sin prisas, dispuestos a dejarse desinstalar y a disfrutar desde el fondo.

– ¿A quiénes va dirigida tu obra?

Al sufriente, paciente y tantas veces olvidado Pueblo de Dios que camina. Pero también me gustaría que llegara a los hermanos separados e, incluso, a los ateos que buscan. Dios es universal. Me gustaría que esta obra también lo fuera.

– ¿Qué pretendes con ella?

Hacer el bien. Iluminar el rostro de Dios, tan fácil de amar cuando se le vislumbra mínimamente. Ayudar a descubrir una religión positiva, luminosa y alegre que nos conduzca a sus brazos.

– ¿Qué te gustaría que pensaran tus lectores cuando lean la última página de tu libro?

Que les quiero sinceramente y por eso he intentado acercarles al Amor.

– “Meditaciones desde la calle” rezuma citas bíblicas. ¿Puedes compartir con nosotros una que te sustenta especialmente?

«He venido para que tengan vida y la tengan abundante» (Jn 10,10). Y te regalo otra: «El Espíritu Santo y nosotros hemos decidido no imponeros más cargas que las imprescindibles» (He 15,28).

– ¿Qué supone para ti la publicación de este libro?

Un paso más de fidelidad a mi misión de regalar los colores que Dios me ha pintado.

– ¿Por qué has decidido publicar tu obra con Ediciones Khaf?

Porque soy un romántico agradecido. Mi primera educación, hasta los once años, estuvo entre los Maristas. Les devuelvo, madurado y acrecentado, parte de lo que entonces recibí. Algún día contaré más detalles.

Además, Khaf es la rama más joven del apostolado editorial de los Hermanos Maristas. Y se nota su energía, su pujanza, su vocación de sembrar con esa «mano abierta» de su símbolo editorial con la que me identifico plenamente.

Para colmo, las personas de Khaf son un equipo joven, entusiasta y colaborador con el que he trabajado muy a gusto. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

Para más información: www.edicioneskhaf.es

http://www.eclesalia.net