La Madre Teresa de Calcuta es la respuesta del amor infinito de Dios

La Madre Teresa de Calcuta es la respuesta del amor infinito de Dios, Cardenal Juan Luis Cipriani

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“Dios habla al mundo en cada época por medio de los santos».

Si queremos saber qué nos dice Dios al mundo de hoy pues tenemos ese ejemplo vivo de la Madre Teresa, santa”, expresó el Cardenal Juan Luis Cipriani en la Santa Misa por la canonización de la Madre Teresa de Calcuta, en la Basílica Catedral de Lima.

Comentó que la historia de Dios es la historia de los santos. Y es Él quien en cada época de nuestra historia pone el acento en algo especial y sigue hablándonos, visitándonos e iluminándonos a cada uno de nosotros.

“La enseñanza del santo Papa Juan Pablo II, hoy en este Año de la Misericordia es que debemos contemplar, meditar y tratar de imitar lo que hizo la Madre Teresa. Lo que celebramos es la respuesta de ese amor infinito de Dios que ella supo corresponder, no lo olvidemos.

Estamos celebrando la infinita misericordia de Dios que vio en ella una hija para derramar toda su gracia, su amor, su alegría, su cariño, su sacrificio. Y ahí está el secreto, ella correspondió, aceptó esa llamada predilecta y dijo Sí”, reflexionó.

En otro momento, mencionó que la caridad brota del amor de Cristo en la Cruz y que esta nunca se cansa ni protesta ni hace publicidad. Por tal motivo, exhortó a llenarnos del amor a Jesús dedicando al silencio buenas horas de oración y contemplación, volcándolas en obras visibles de misericordia corporal y espiritual.

“Es la caridad de donde brota todo, no limitemos el amor de Dios a una dimensión puramente humana, Dios es amor y de ese amor brota el visitar al enfermo, el dar de comer al hambriento, el consolar al afligido, el vestir al desnudo, el recibir a los enfermos, el proteger a aquella mujer, a aquellos niños. Brota del amor y vuelve al amor”, afirmó.

“De ahí brotó la potencia de Santa Teresa de Calcuta, esa es la primera lección sin la cual todas las demás no existen. Esa primera lección que dejó escrita en sus constituciones: Que esos hogares de niños, de ancianos, de enfermos, de gente descuidada que recogen sus hijas; el centro será la adoración a Jesús en el Santísimo.

De ahí brota la paz, el silencio, el ejemplo, la humildad, la huella, que convierte muchos corazones. Madre Teresa, enséñanos esta lección”, continuó.

Recordó también que la Madre Teresa de Calcuta había hecho suya la batalla de defensa del no nacido, a quien consideraba el más débil y pobre.

“Su amor a la vida desde el primer instante de la concepción era infinito. No discutía, no hablaba, pero qué ejemplo nos dio abriendo esas casas, recogiendo a esos niños; buscando a aquellos hombres y mujeres que no solo querían pan, querían cariño. Era la guerra a la indiferencia, no podía aceptar un mundo que dejaba fuera al enfermo, al que estaba solo, al que estaba en el vientre de su madre, al que tenía una enfermedad, al que se le hacía difícil vivir en condiciones normales. Ese era el motivo de buscar a Cristo en todos ellos”, señaló.

Finalmente, agradeció a las Hermanas Misioneras de la Caridad por su labor en aquel “Hogar de la Paz” y por seguir con el ejemplo de la ahora Santa Teresa de Calcuta, ayudando siempre a los más necesitados.

“A sus hijas nuestra felicitación y responsabilidad, tienen ustedes en esos vasos de barro tesoro puro con ese ejemplo y esa fidelidad, algo que la Madre Teresa les ha enseñado. Será una luz muy fuerte que alumbrará el mundo entero. Qué gozo en el cielo, qué gozo en la tierra, qué presencia de Dios más reconfortante.

No hay motivos más que para darle gracias a la Trinidad Santísima, para darle gracias al Papa Juan Pablo II que tuvo tanta cercanía con ella y hoy al Papa Francisco que la canoniza. La Iglesia está de fiesta y la Iglesia de Lima ha querido recibirlas en la Catedral para juntos decirle a Dios: Gracias por esa palabra de esperanza que la Madre Teresa nos ha dejado. Gracias Madre Teresa, intercede por nosotros”, finalizó.