La diócesis de Zárate-Campana se pone en camino del trienio hacia el cuadricentésimo aniversario de Santiago del Baradero

Fundada por Hernandarias como pueblo franciscano para los habitantes autóctonos, el 25 de julio cumplió 397 años. Es el curato más antiguo de la actual provincia de Buenos Aires.

“Ingresar de la mano de María del Pilar al trienio de preparación a los 400 años, con el realismo de la esperanza”, pidió el Obispo en la homilía. “El Pilar –dijo- es en realidad la misma Virgen María, en tanto Madre de los Apóstoles y Madre de la Iglesia, que nos sostiene en todas nuestras luchas y nos alienta a caminar” Con los festejos del tricentésimo nonagésimo séptimo aniversario de la fundación bajo la protección del Apóstol Santiago el Mayor) cumplió este 25 de julio sus 397 años, y contó con la presencia, como lo ha sido todos los años desde su asunción como obispo diocesano, de Mons. Oscar Sarlinga, quien presidió la solemne eucaristía, en presencia de las autoridades municipales, educativas y de fuerzas de seguridad, y numerosos fieles, habiendo subseguido la procesión con la imagen del Apóstol, la visita al museo de la ciudad (donde la secretaría de cultura y la dirección de patrimonio histórico ofrecieron una visita guiada, en especial a los descubrimientos paleontológicos del Dr. Roth, y a la nueva sala de numismática) y la ofrenda alusiva al busto a Hernandarias (Hernando Arias de Saavedra), de todas las cuales participaron también el obispo y los sacerdotes.
Con estos festejos, la comunidad católica diocesana y la comunidad baraderense ingresan en el trienio de preparación al cuadricentésimo aniversario de la fundación, en 1615, del “pueblo de indios” (refiriéndose con la terminología de la época a los pueblos originarios del lugar, de la etnia het o querandíes, con influjo de los guaraníes de la zona isleña) y curato encomendado a los Padres Franciscanos, habiendo sido cura párroco Fran Luis de Bolaños, el apóstol del Paraguay. “Santiago del Baradero” (o del “Varadero”) que es su nombre originario ha sido el pueblo de fundación española más austral dentro del reguero de pueblos y ciudades con el nombre del Apóstol Santiago que los españoles sembraron en América (en territorio argentino, la inmediatamente más al norte es Santiago del Estero).
En la homilía, el obispo se refirió también a la bendición de contar con la protección del Apóstol en Santiago del Baradero y enumeró la cantidad de ciudades en toda Hispanoamérica (a partir de Santiago de Compostella, donde en el “campus stellae” una luz señaló la presencia de las reliquias del Apóstol), que lo tienen como patrono, como un gran signo de que Santiago nos lleva a Jesús, como un “camino seguro de peregrinación por esta vida” cual el “camino de Santiago”. Mencionó la presencia de Santiago el Apóstol en Cádiz, y luego en Zaragoza (Caesaraugusta, la ciudad de César Augusto) y mencionó cómo fue conducido interiormente a desarrollar su apostolado, y cómo en una aparición la Santísima Virgen, sobre un pilar de luz, lo consoló y lo alentó a evangelizar, a fundar la Iglesia, antes de partir a Jerusalén, donde fue martirizado y luego su cuerpo trasladado de nuevo a España. En cuanto a la presencia de Fray Luis Bolaños y misión evangelizadora, comentó el Obispo que fue un evangelizador y a la vez un cimentador de civilización, entre otras cosas porque fue conocedor del genio y alma del pueblo originario cuya cura pastoral le fue confiado, promovió la propiedad de la tierra y fue restaurador, afianzador y escritor de la lengua guaraní.
La persona y acción pastoral de Fray Luis Bolaños, del cual una reliquia insigne se encuentra en el templo parroquial, fue destacada por monseñor Sarlinga con relación a la presencia espiritual del Apóstol Santiago. Mons. Sarlinga motivó a los historiadores locales una profundización en esta temática, por razón de honestidad intelectual y como preparación que nos encamine con esperanza a un aporte decidido a la civilización del amor en lo concreto de nuestras ámbitos y sociedades en que nos toca vivir. “La esperanza no defrauda”, concluyó.