Juan Manuel Rodríguez, cura y payaso, explica su labor pastoral dentro del mundo del circo

La Conferencia Episcopal destina a un grupo de sacerdotes a hacer su labor en instalaciones circenses y ferias
11.01.10 – 02:42 – RAFA LÓPEZ rafalopez@ideal.es | GRANADA.

Juan Manuel Rodríguez es un cura, pero uno un poco especial: desarrolla su actividad en ferias y circos. Su labor no sólo incluye oficiar bodas, bautizos y comuniones, sino que despliega el trabajo que cualquier cura lleva a cabo en su parroquia: participa de los problemas de sus fieles y les acompaña pastoralmente en sus vidas. Por ello, no duda en afirmar que «la carpa es mi templo, mi parroquia».

Tanto participa de esta forma de vida -lleva tres años en esta labor pastoral- que Juan Manuel desarrolla una actividad paralela: también es payaso. Así, actúa de forma benéfica para niños hospitalizados y acude a intervenciones en colegios cuando le requieren para ello. Él asegura que «llevo mis dos facetas, la de payaso y la de cura, en las venas».
Juan Manuel reconoce que «puede parecer algo raro, pero la Iglesia presta atención singular a colectivos especiales, y uno de ellos es el mundo del circo y la feria». Las gentes de este mundillo le suelen pedir que bendiga sus instalaciones y hasta a las fieras que participan en las actuaciones.
Cómodo con su actividad, este cura y payaso afirma que las personas del circo «son bastante religiosas y guardan valores que se están perdiendo. Mantienen la concepción familiar de la vida y el respeto a las tradiciones. Por eso, aunque su vida sea itinerante, viven en grupos muy compactos». En pocos días, Juan Manuel viajará a Montecarlo para compartir sus experiencias en el encuentro internacional de pastoral ecuménica del mundo circense.

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