Haz memoria dignamente

Haz memoria dignamente
“Y después de dar gracias, lo partió y dijo: «Este pan es mi cuerpo, que por ustedes entrego; hagan esto en memoria de mí. De la misma manera, después de cenar, tomó la copa y dijo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; hagan esto, cada vez que beban de ella, en memoria de mí.” 1 Corintios 11:24-25 (NVI)
Memoria

Ayer se cumplía un mes de la muerte del fiscal Nisman, quien estuvo investigando el atentado a la AMIA durante más de quince años, y por las escuchas de tanto tiempo, hizo una acusación por encubrimiento al poder ejecutivo de la Nación. Días más tarde de esta terrible acusación, el fiscal aparece muerto en su domicilio. El país quedó consternado por el hecho y un grupo de fiscales convocó a una marcha en memoria de Nisma.

Antes de la marcha, hubo cruces entre el gobierno y la oposición por la marcha, se la tildó con varios motes y se especuló con sus implicancias. Ayer llovía a la hora de la marcha, lo que me hizo suponer que no tendría demasiada convocatoria. Además no había un programa establecido, ni oradores, ni convocatoria partidaria ni sindical.

Me impactó muchísimo ver la cantidad de personas que luego de su trabajo se adhirieron a la marcha. Con su paraguas, acompañaron en silencio a los fiscales. Llenaron la plaza de Mayo y las calles circundantes, cantaron el himno nacional (que me hacía emocionar), y al pedido de uno de los fiscales, todos hicieron un minuto de silencio. Luego se despidió a la multitud y todos se fueron a su casa.

¿Qué motiva a miles de personas a caminar en una marcha silenciosa, sin banderas políticas ni agresiones, para mojarse y un rato después volver a casa? Todos coincidían en lo mismo, una necesidad de hacer memoria, para que no vuelva la impunidad. Era decir presente, para recordar que hay que involucrarse para que haya justicia.

Porque un fiscal lo pidió, miles hicieron memoria. Pensaba en Jesucristo, y en su pedido de memoria. Su glorioso acto en la cruz destrozó nuestra condenación y nos dignificó haciéndonos hijos de Dios. Cumplió la justicia divina, aceptando el castigo por nuestros pecados, para que nosotros no suframos ningún mal. Sino que recibamos los beneficios de la condonación de nuestras faltas.

Y nos pide que una vez por semana, hagamos memoria. ¡Estábamos condenados a una eternidad en el infierno y Jesucristo nos salvó!

REFLEXIÓN – Hacé memoria dignamente.

Un gran abrazo y bendiciones

Dany

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