Guión para el Jueves Santo – Semana Santa

Guión para el Jueves Santo – Semana Santa

Jueves Santo reflexiones y material para descargar y trabajar en este día en que se instituyó la Eucaristía.

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Reflexión del evangelio del Jueves Santo

«Si no te lavo, no tienes nada que ver conmigo»
Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la mesa”. Eso que anteriormente no estaba en las manos de Jesús, ahora el Padre se lo pone en sus manos: y no unas cosas sí y otras no, sino todas.

David había dicho: “Dijo el Señor a mi señor: siéntate a mi derecha, y haré de tus enemigos estrado de tus pies” (sl 109,1). Los enemigos de Jesús, en efecto, formaban parte de todo aquello que él sabía que su Padre le daba…

A causa de aquellos que se habían alejado de Dios, él mismo se alejó de Dios, él que por naturaleza no quiere salir del Padre. Salió de Dios a fin de que todo aquello que se había alejado de Dios, volviera de nuevo a él, y los llevaba entre sus manos, cerca de Dios, según su designio eterno…

¿Qué es, pues, lo que hacía Jesús lavando los pies a sus discípulos?

Reflexión del Evangelio

Lavándoselos y enjugándoselos con una toalla que se había ceñido, Jesús ¿no devolvía la belleza a estos pies para el momento en que irían a anunciar la buena noticia?

Me parece que es entonces cuando se cumple la palabra profética: “¡Qué hermosos son los pies del mensajero que anuncia la buena noticia! (Is 52,7; Rm 10,15). Pero, si lavando los pies a sus discípulos, Jesús hace que éstos se vuelvan bellos, ¿cuál no será la verdadera belleza de aquellos a quienes él sumerge enteramente “en el Espíritu Santo y el fuego” (Mt 3,11)?

Los pies de los apóstoles se han embellecido a fin de que… puedan poner el pie sobre el camino santo y andar en aquél que ha dicho: “Yo soy el Camino” (Jn 14, 6). Porque a quienquiera que Jesús haya lavado los pies, y sólo él, sigue el camino de vida que conduce al Padre; en este camino no hay lugar para los pies sucios…

Para seguir este camino viviente y espiritual (Heb 10,20)…, es preciso tener los pies lavados por Jesús que se ha había quitado el manto… a fin de tomar en su propio cuerpo la impureza de sus pies con la toalla que fue su único vestido, porque “es él quien soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores” (Is 53,4).

Fuente: https://evangeliodeldia.org/

Oración para esta noche santa

MISA VESPERTINA DE LA CENA DEL SEÑOR

PREPARACIÓN:    

Antes de la salida del celebrante y los ministros.

Hermanos, hemos concluido el tiempo de Cuaresma, y con la celebración de esta Sagrada Liturgia, denominada «Misa de la Cena del Señor», en horas de la tarde, ya que el atardecer responde mejor al hecho histórico, iniciamos la vivencia de los misterios más sublimes de nuestra fe, que culminarán en la Pascua de Resurrección.

«Con su palabra, el Verbo hecho carne, convierte el pan en su cuerpo y el vino en su propia sangre; aunque fallen los sentidos, es suficiente la fe. estas poéticas palabras de santo Tomás de Aquino convienen perfectamente a esta liturgia vespertina y nos ayudan a entrar en el núcleo del misterio que celebramos.»

La liturgia de este día prevé central la atención en tres misterios de singular importancia: la Eucaristía, el Orden Sagrado y el Mandamiento del Amor.

Comienza la liturgia de esta celebración, estando el Sagrario vacío. Al término de la homilía se procederá al «lavatorio de los pies», en el que quien preside la celebración, realizará este gesto de humildad, hospitalidad y fraternidad, realizado por Jesús, con un grupo de doce hombres, que recuerdan a los Apóstoles, a quienes Jesús lavó los pies durante la última Cena, haciéndose Él, el Señor, servidor de sus discípulos.

A la finalización de esta celebración que nos introduce en el Triduo Pascual de la Pasión y Resurrección del Señor, llevaremos solemnemente el Cuerpo de Cristo hasta el lugar reservado para que, hasta la medianoche, cada cual pueda darle culto, acompañarlo ofreciéndole un poco de su tiempo; será desnudado el altar y ya no se celebrará la Eucaristía hasta la noche de la Vigilia Pascual.

Nuestra participación en esta celebración, no debe limitarse a la rememoración de lo ocurrido hace casi dos mil años, sino que, hoy más que nunca debemos compenetrarnos del misterio que celebramos: la Santa Misa, la única, la de Jesús, que se actualiza en el tiempo y en el espacio, pero que sigue siendo la misma de la primera Semana Santa, en la que se derramó su sangre y murió por nosotros, para que pudiéramos resucitar junto con Él, pasando de la muerte del pecado a la vida de hijos de Dios.

AMBIENTACIÓN:

Luego del saludo inicial y antes del acto penitencial.

Esta liturgia vespertina significa el «día del amor de Cristo llevado «hasta el extremo», día de la Eucaristía, día del sacerdocio»; su entrega, hecho testamento, sacrificio y sacramento a perpetuidad, y en su momento culminante, es nuevamente el primer Jueves Santo: última cena pascual y primera Cena del Señor; y Jesús, en medio de nosotros, nos hablará y luego nos invitará a participar del alimento que nos llevará a la Pascua eterna.

GLORIA:

Y ahora, elevemos nuestras voces para cantar, con este antiquísimo himno, glorificando al Padre, por Jesucristo en el Espíritu Santo.

1ª. LECTURA:        (Ex 12, 1-8. 11-14)      (Ver texto)

Empezamos leyendo la historia de la cena de la pascua de los judíos, que el propio Jesús celebró antes de su muerte, y en ella instituyó la Eucaristía, que es para nosotros, también, el memorial de nuestra liberación.

SALMO RESP.:   

(115, 12-13. 15-16bc. 17-18)          (Ver texto)

   R.   ¿Con qué pagaré al Señor

                              todo el bien que me hizo?

2ª. LECTURA:     (1 Co 11, 23-26)         (Ver texto)

«En el relato más antiguo que ha llegado hasta nosotros sobre la institución de la Eucaristía, san Pablo afirma que es el memorial de la última cena y, al mismo tiempo, elanuncio de la venida escatológica de Cristo

EVANGELIO:      (Jn 13, 1-15)              (Ver texto)

En el Evangelio, el propio Jesús nos enseña qué es lo que celebramos: que Él, nuestro Maestro, se ha entregado hasta la muerte. Y esta entrega debe ser también la nuestra.

HOMILÍA

LAVATORIO DE LOS PIES:

Y ahora, imitando la acción de Cristo, que nos ha descrito el Evangelio, quien preside nuestra celebración lavará los pies a doce hombres, miembros de la comunidad, y como signo de servicio a ella. Es una invitación a la unidad, a ponernos todos, humilde y cordialmente, a los pies de nuestros hermanos. La asamblea puede permanecer sentada.

ORACIÓN DE LOS FIELES:

CELEBRANTE:

Queridos hermanos y hermanas, antes de celebrar la Cena del Señor, pidamos al Padre que todos los hombres compartamos el amor que significa y realiza este sacramento de unidad y de paz.

GUÍA: A cada una de las intenciones responderemos orando:

» SEÑOR, ESCÚCHANOS Y HAZNOS SERVIDORES DE VERDAD «

v

Por la Santa Iglesia, para que todos los hombres encuentren en ella la expresión de la caridad, oremos…

v Por nuestro querido Santo Padre Francisco, nuestro Obispos, sacerdotes y diáconos, para que, fortalecidos por tu Espíritu, sepan llevar el Evangelio de la cruz a todos los hombres y así descubran que la redención nos viene de Cristo, oremos..

v Por nuestra patria, para que todos los que habitamos esta tierra, hagamos realidad en nuestras vidas el mensaje del Evangelio y transformemos nuestra nación en una patria nueva, de amor, de justicia, de libertad y de paz, oremos…

v Por todos los jóvenes, para que respondan comprometidamente al llamado de tu Hijo a ser los ministros sagrados, por cuyas manos Él se multiplique como Pan de Vida hasta la consumación de los tiempos, oremos…

v Por todos los católicos, que la comunión del Cuerpo de tu Hijo nos enseñe a compartir nuestros bienes con los más necesitados y que, imitándolo podamos no sólo entregar lo que tenemos, sino lo que somos, nuestra persona que se pone al servicio de los demás para que tengan vida y la tengan en abundancia, oremos…

CELEBRANTE:

Infunde, Padre, el Espíritu de Jesús en nuestros corazones para que celebremos con amor su Pascua, y así sepamos amar como Él nos amó, hasta el final, hasta dar su vida por nosotros muriendo y resucitando, y ahora está presente entre nosotros y contigo vive y reina por los siglos de los siglos.

PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

Acompañemos con nuestro canto a estos hermanos que, en representación de toda la comunidad, acercan las ofrendas que serán presentadas al Padre y son signo de nuestra generosa entrega a su servicio, e imitando a su Hijo, el deseo de ponernos humildemente a los pies de nuestros hermanos.

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

DIALOGO DEL PREFACIO:

«Eucaristía significa acción de gracias. Cristo, al instituir este sacramento, encerró en élla grande y universal acción de gracias de toda la creación». Por ello elevemos ahora nuestro agradecimiento a Dios.

COMUNIÓN:

«También esta tarde damos gracias al señor por haber instituido este gran sacramento. Lo celebramos y lo recibimos a fin de encontrar en él la fuerza para avanzar por el camino de la existencia esperando el día del Señor.»

ORACIÓN POST COMUNIÓN:

INCENSACIÓN DEL SANTÍSIMO

TRASLADO:

Jesús, el Pan de Vida queda presente en la comunidad cristiana. Hoy más que nunca agradecemos su don, adoramos su presencia sacramental entre nosotros.

Llevaremos solemnemente el Cuerpo de Cristo, «procesión eucarística que recuerda aquel momento particular en que Cristo, acompañado por los Apóstoles, salió del cenáculo, una vez concluida la cena pascual».

Vamos a adorarlo y expresarle nuestro reconocimiento; y hasta la medianoche cada cual procurará ofrecerle un poco de su tiempo, viniendo a acompañarlo y velar junto a Él, recordando las palabras que en el Huerto de los Olivos dijo a sus discípulos y que hoy nos las dice a cada uno de nosotros: «¿Es posible que no hayan podido quedarse despiertos conmigo ni siquiera una hora?».

SALIDA EN SILENCIO

AVISOS PARA LA CELEBRACIÓN DEL VIERNES