FILTRAR TODO A TRAVÉS DEL CORAZÓN

FILTRAR TODO A TRAVÉS DEL CORAZÓN

La vida agresiva de una sociedad injusta y caníbal donde el fuerte se come al débil, donde el mínimo descuido te cuesta una multa o un atraco o el despido de tu puesto de trabajo, etc. nos enseña a desconfiar del prójimo, a mentir para sobrevivir, a estar siempre a la defensiva y en alerta para que nadie nos haga daño o estafarnos de alguna manera, en definitiva el vivir sumergidos en una sociedad donde la moral ha sido destruida, donde los valores sociales ya no importan, donde lo más común son las malas palabras hasta el extremo de desconfiar de una sonrisa o una palabra amable, nos transforma a todos irremediablemente en lobos.

Conectas la televisión para ver una película y solo encuentras altas dosis de violencia, sexo y vicios. Un niño conecta un video juego y aprende a matar con extrema violencia y cuantas más personas es capaz de matar, más premios en forma de puntuación obtiene.

Esta sociedad en la que hoy vivimos conseguirá su propia destrucción rápidamente, porque una sociedad que aparta el amor al prójimo y la moral de su vida y la sustituye por vileza y violencia no puede sobrevivir. Uno de los mayores éxitos del maligno es precisamente el conseguir cerrarnos los corazones, el volvernos desconfiados viviendo siempre con las barreras subidas evitando el contacto humano, el divide y vencerás.

Los que vivimos deseando crecer en el espíritu para unirnos más y más con el Señor tenemos que aprender a soltar todo ese veneno espiritual que nos enseña esta sociedad de Satanás. Para ello la única solución pasa por pedir ayuda a Dios con humildad para que nos enseñe a desprogramarnos de toda esta violencia y desconfianza y que nos enseñe a vivir a través del corazón con valores y moral renovada.

Lucas 9,24 “Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará.”

Todo aquel que desee sobrevivir en la jungla inmoral e injusta de la sociedad intentando poner su vida a salvo jugando con las mismas reglas injustas e inmorales perderá su vida eterna, porque se echará a perder a sí mismo y todo aquel que rompa con este tipo de vida nociva se salvará.

Para salvar nuestra vida hay que romper con las reglas podridas de este sistema nefasto y satánico. Donde no hay amor poner nosotros amor. Donde no hay comprensión ponerla. Donde hay desconfianza de los unos hacia los otros bajar nosotros nuestras defensas y confiar.

Aprender a vivir a través del corazón es totalmente necesario y el primer paso es relajarlo. Vivir con el corazón relajado y expuesto abierto para amar al prójimo, evitar levantar nuestras defensas, evitar protegernos a la más mínima, mala cara, mala palabra, mal gesto, mala contestación, etc.

Este es un ejercicio difícil si contamos con solo nuestras posibilidades pero si le pedimos a Dios nuestro Señor que nos ayude, que nos otorgue la gracia de enseñarnos a mantener nuestros corazones relajados y expuestos para amar a los demás en todas las circunstancias, lo conseguiremos. Nada es imposible para Dios.

Analicemos por un momento esto: cuando nos protegemos inconscientemente y levantamos nuestras defensas para evitar que nos tomen el pelo, agredan, estafen, etc. Estamos teniendo una reacción que sale directamente del miedo, aunque sea un miedo muy sutil, casi imperceptible, miedo a salir perjudicados.

1ª Juan 4,8 “El que no ama, no ha conocido a dios; porque Dios es amor.”

Si Dios es amor y el miedo es lo contrario al amor entonces el miedo es de satanás. Si vivimos atrapados en el miedo vivimos atrapados en las garras del maligno. Para salir de la maldad tenemos que romper con el miedo y para romper con el miedo solo hay que dejar de temer, en definitiva relajar el corazón y bajar las defensas para que el amor hacia el prójimo fluya y para que nuestra vida se convierta en un torrente de amor. Cuando hayamos conseguido esto descubriremos que nuestra vida se ha convertido en una vida feliz y alegre, porque existe una gran felicidad y paz en el hecho de amar sin miedo. La vida de Jesús fue el resultado de una vida sin miedo con un corazón siempre expuesto para amar sin limitaciones. Amaba a prostitutas, a cobradores de impuestos, a violentos, a fariseos, comía con pecadores, etc. No tenía miedo de murmuraciones ni de reacciones, era un hombre sin miedo, vivía libre, fuera de las mentiras y las ataduras del mundo, fuera de las garras de satanás, fuera de las malas prácticas de malos pensamientos, desconfianzas, malas acciones, etc. Vivía con las barreras bajadas, no tenía por qué protegerse de nada porque no temía a nada, simplemente amaba, tenía el corazón relajado y expuesto para cualquiera que quisiese de él.

Juan 15,9-13 “Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor. Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido. Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.”

En este texto se concentra toda su predicación. Durante su predicación nos va enseñando poco a poco a salir de las trampas de comportamientos incorrectos que el mundo influido por el maligno ha elaborado para mantenernos atrapados. Nos da la moral para guiarnos y que salgamos de la trampa, que rompamos con lo corrupto y sucio. Pero en este texto dice claramente que todos los mandamientos que hay, es decir que toda su predicación se concentra en uno solo y ese único mandamiento es el mandamiento del amor. Y nos avisa que cuando consigamos amar, nuestro gozo será cumplido. Es decir que seremos felices. Este es el camino que Dios quiere para nosotros, que nos amemos y vivamos en la felicidad que se encuentra en el amor.

Para lograrlo tenemos que aprender a bajar las defensas, relajar el corazón y dejarlo expuesto al amor. Tenemos que filtrar todos nuestros sentidos a través del amor, mirar con los ojos del corazón, hablar con el corazón, escuchar con el corazón, gustar con el corazón, tocar con el corazón, pensar y sentir con el corazón.

José Antonio Fernández.