Segundo domingo del tiempo ordinario ciclo A

Segundo domingo del tiempo ordinario ciclo A

¿EXISTE EL PECADO, EXISTE EL MAL EN EL MUNDO?

El pecado, sinónimo de “el mal”, es una realidad demasiado destacada en nuestro mundo y Dios nos ofrece su mano tendida, empeñado en quitarlo.

Las cosas no son malas porque Dios ha querido que «sean pecado», sino al revés: precisamente porque son malas y destruyen nuestra felicidad son pecado que Dios trata de quitar de nuestro corazón. Pecar es renunciar a ser humanos; es matar la esperanza; es dar muerte a la vida, a la paz, a la gracia.

Pecar es contaminar la vida, hacer un mundo injusto e inhumano, destruir la armonía y la fraternidad.

Por eso el evangelista Juan nos presenta a Jesús como «el Cordero que quita el pecado del mundo: que ofrece el perdón y la paz». De esta manera nos está anunciando que Dios está de nuestro lado frente al mal.

Si miramos al Señor Jesús como el «enviado de Dios que quita el pecado del mundo», experimentaremos en nosotros una gozosa liberación que cambiará nuestra existencia.

Experimentaremos el perdón que nos purifica de nuestros pecados y gozaremos del don de la paz y de la gracia que Dios concede a quienes le acogen con buena voluntad.

LECTURAS PARA LA EUCARISTÍA

1ª LECTURA
Lectura del libro del profeta Isaías 49,3. 5-6 

«Tú eres mi siervo (Israel) de quien estoy orgulloso». Y ahora habla el Señor, que desde el vientre me formó siervo suyo, para que le trajese a Jacob, para que le reuniese a Israel, -tanto me honró el Señor y mi Dios fue mi fuerza-: es poco que seas mi siervo y restablezcas las tribus de Jacob y conviertas a los supervivientes de Israel; te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra. Palabra de Dios.

Sal 39, 2 y 4ab. 7-8a. 8b-9 R.
Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad. 

Yo esperaba con ansia al Señor: Él se inclinó y escuchó mi grito; me puso en la boca un cántico nuevo, un himno a nuestro Dios. R:

Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, y en cambio me abriste el oído; no pides sacrificio expiatorio, entonces yo digo: «Aquí estoy -como está escrito en mi libro- para hacer tu voluntad». R:

Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas.

2ª LECTURA
Comienzo de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 1,1-3 

Yo, Pablo, llamado a ser apóstol de Jesucristo, por voluntad de Dios, y Sóstenes, nuestro hermano, escribimos a la Iglesia de Dios en Corinto, a los consagrados por Jesucristo, al pueblo santo que él llamó y a todos los demás que en cualquier lugar invocan el nombre de Jesucristo Señor nuestro y de ellos.

La gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo, sea con vosotros. Palabra de Dios.

COMENTARIO A LA 2ª LECTURA

El apóstol Pablo desea a los cristianos de Corinto y a todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de Jesús, que la gracia y la paz de Dios nuestro Padre esté siempre con ellos.

EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Juan 1,29-34 

Al día siguiente, al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó: 

Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Éste es aquél de quien yo dije: «Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo».

Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel. Y Juan dio testimonio diciendo: He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma, y se posó sobre él. 

Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: «Aquél sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ése es el que ha de bautizar con Espíritu Santo». Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios. Palabra del Señor.

COMENTARIO SOBRE EL EVANGELIO

El evangelista Juan presenta a Jesús como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, como el enviado de Dios para que todos los que crean en Él reciban el Espíritu Santo.

PARA NUESTRA REFLEXIÓN PERSONAL

LA MISIÓN DE LA IGLESIA EN EL MUNDO ACTUAL

Juan el Bautista presentó a Jesús ante los demás como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, el enviado de Dios para dar su Espíritu a todos los que creyeran en Él. Juan el Bautista dio a conocer quién era realmente Jesús.

La Iglesia, y los que somos miembros de ella de pleno derecho, tenemos que presentar a Jesús como el único que quita el pecado del mundo, tenemos que hablar de Jesús con fuerza, sin miedo, con total convicción de que somos portadores de su mensaje de vida y esperanza.

La Iglesia como institución, durante largas etapas de la historia, y también hoy, ha estado preocupada por ser aceptada en la sociedad en la que se ha movido, ha estado preocupada, porque se le escuchara con la buena intención de ayudar a resolver los graves problemas de la sociedad.

La Iglesia ha hablado demasiado de sus propias opiniones, de su visión del mundo y de las cosas, pretendiendo que su criterio era el mejor porque era la Iglesia de Jesús, pero con mucha frecuencia se ha olvidado de hablar de Jesús y de su mensaje.

Por eso, ya en el s. XXI, la Iglesia, y los que seguimos a Jesús, tenemos que poner los ojos en Él, tenemos que hacer lo posible para que sea mejor conocido y más amado.

En esta misión que hemos de llevar a cabo, no podemos olvidar que nuestras palabras tienen que ir acompañadas de la coherencia de nuestra vida para hacer creíble lo que decimos de Jesús que pasó por el mundo haciendo el bien.


Evangelio del día – Segundo domingo del tiempo ordinario ciclo C

¿DÓNDE ESTÁ HOY EL JESÚS VIVO?

En el relato del milagro de las bodas de Caná lo importante es el descubrimiento de Jesús profundamente humano, cercano a las gentes con las que convive, participando plenamente en los sucesos de su vida.

La clave del relato es presentarnos al Jesús hombre en su vida social, ofrecernos un conocimiento profundo de su vivir, de su pensar, de su amor sin límites, de su contacto con pecadores, enfermos, con pobres, con amigos, de su amor apasionado por el Padre.

En este episodio podemos encontrar la respuesta a una posible pregunta muy actual: “¿Dónde está hoy el Jesús vivo?, ¿dónde se le puede encontrar?”.

Jesús no es un extraño en nuestra vida, está presente en el amor de unos novios al casarse, en el de unos amigos e invitados que les acompañan en su boda. Dios está siempre especialmente presente donde hay amor, en todo nuestro vivir, especialmente cuando amamos.

Cuando amamos podremos llegar a descubrir a Dios dentro de nosotros, identificado con nuestro ser, y llegar a ser capaces de vivir la inmensa alegría que nace al descubrir esta presencia suya en nuestra persona. Dios es amor, gozo compartido.

LECTURAS PARA LA EUCARISTÍA

1ª LECTURA
Lectura del libro de Isaías 62,1-5

Por amor de Sión no callaré, por amor de Jerusalén no descansaré, hasta que rompa la aurora de su justicia, y su salvación llamee como antorcha.

Los pueblos verán tu justicia, y los reyes tu gloria; te pondrán un nombre nuevo,
pronunciado por la boca del Señor.

Serás corona fúlgida en la mano del Señor y diadema real en la palma de tu Dios.

Ya no te llamarán «Abandonada», ni a tu tierra «Devastada»; a ti te llamarán «Mi favorita», y a tu tierra «Desposada», porque el Señor te prefiere a ti, y tu tierra tendrá marido. Como un joven se casa con su novia, así te desposa el que te construyó; la alegría que encuentra el marido con su esposa, la encontrará tu Dios contigo.

Palabra de Dios.

COMENTARIO A LA 1ª LECTURA

El profeta alienta a los desterrados y a los desanimados con la visión de una maravillosa Jerusalén y el resurgimiento del templo.

La nueva Jerusalén, por la que suspiraban todos los judíos, será una ciudad llena de paz, de vida y salvación, porque Dios la va a considerar con la atención que el novio cuida a su novia.

SALMO

2ª LECTURA

Lectura de la 1ª carta del apóstol san Pablo a los Corintios 12,4-11

Hermanos:
Hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de funciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos.

En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común. Y así uno recibe del Espíritu el hablar con sabiduría; otro, el hablar con inteligencia, según el mismo Espíritu.

Hay quien, por el mismo Espíritu, recibe el don de la fe; y otro, por el mismo Espíritu, don de curar.

A éste le han concedido hacer milagros; a aquél, profetizar. A otro, distinguir los buenos y malos espíritus.

A uno, la diversidad de lenguas; a otro, el don de interpretarlas. El mismo y único Espíritu obra todo esto, repartiendo a cada uno en particular como a él le parece.

Palabra de Dios.

COMENTARIO A LA 2ª LECTURA

El apóstol Pablo en su carta a los cristianos de Corinto les manifiesta que los dones y gracias que reciben de Dios están ordenados al bien común de todos, que no son dones particulares o privados.

Dios los ofrece para que cada uno los ponga al servicio de la comunidad de creyentes. Esos dones proceden de un mismo Espíritu y están ordenados a fortalecer la unidad de los creyentes y nunca para la discordia.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Juan 2,1-11

En aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda. Faltó el vino, y la madre de Jesús le dijo:
No les queda vino.

Jesús le contestó:
Mujer, déjame, todavía no ha llegado mi hora.

Su madre dijo a los sirvientes:
Haced lo que él diga.

Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una. Jesús les dijo: Llenad las tinajas de agua.

Y las llenaron hasta arriba. Entonces les mandó:
Sacad ahora y llevádselo al mayordomo.

Ellos se lo llevaron. El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llamó al novio y le dijo:
Todo el mundo pone primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora.

Así, en Caná de Galilea Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria, y creció la fe de sus discípulos en él.

Palabra de Dios

COMENTARIO AL EVANGELIO

El Evangelio de hoy nos ofrece la oportunidad de pensar que la alegría es un don de Dios y el que tiene a Dios como amigo debe vivir gozoso y manifestar y compartir su alegría con los demás.

La presencia de Jesús en la boda es origen y fuente de alegría y paz, puesto que donde está Jesús no puede haber tristeza. La presencia de Jesús, ya sea en nuestra vida personal o en nuestra vida comunitaria, realiza siempre el milagro de la conversión del corazón para alegría y gozo de todos.

PARA NUESTRA REFLEXIÓN PERSONAL

LA ALEGRÍA DE VIVIR

El pasaje del evangelio de las bodas de Caná nos ofrece diversos aspectos sobre los que reflexionar.

En primer lugar contemplamos a un Jesús cercano, que quiere compartir todos los momentos de la vida humana, que está disfrutando de la fiesta de la boda, de estar con sus amigos y con su familia. Verlo en la fiesta junto a su familia y a sus amigos es una llamada a hacer nosotros lo mismo.

A menudo andamos agobiados por los quehaceres diarios y descuidamos lo más importante: dedicar tiempo a nuestros seres queridos, disfrutar de las pequeñas o grandes cosas de la vida, cuidar a los amigos, alegrarnos y compartir las alegrías con los demás.

En 2º lugar en la boda de Caná el vino está presente. Vino que simboliza la alegría, la armonía, el entusiasmo, la unidad.

A veces a nuestra vida le falta fuerza, ilusión, entusiasmo, intensidad, calidad, llenándola de amargura, de quejas, de malestar, y amargamos la vida de los demás con nuestras palabras, nuestras acciones, nuestras actitudes.

Necesitamos que Jesús saque lo mejor de nosotros, como sacó lo mejor del vino de la boda, que nos haga vivir con entusiasmo y alegría, disfrutando de todo, incluso de las cosas pequeñas y contagiando la alegría a los demás.

En 3º lugar el milagro de la boda se produce por intercesión de María. Ella hizo cambiar la actitud y la decisión de su Hijo.

Quizá la tenemos poco en cuenta en nuestra vida cristiana. Quizá deberíamos procurar que María recuperara el lugar que le corresponde en nuestra relación con Dios, que su intercesión nos ayudara a descubrir al Jesús cercano, y que nos ayudara a poder vivir la vida con el mejor de los vinos que hay en nuestro corazón.

Evangelio del Segundo domingo del tiempo ordinario ciclo B

LECTURAS PARA LA EUCARISTÍA

1ª LECTURA

Lectura del primer libro de Samuel 3,3b-10. 19

En aquellos días, Samuel estaba acostado en el templo, donde estaba el arca de Dios. El Señor llamó a Samuel y él respondió:
Aquí estoy.

Fue corriendo a donde estaba Elí y le dijo:
Aquí estoy; vengo porque me has llamado.

Respondió Elí:
No te he llamado; vuelve a acostarte.
Samuel volvió a acostarse.

Volvió a llamar el Señor a Samuel. Él se levantó y fue a donde estaba Elí y le dijo:
Aquí estoy; vengo porque me has llamado.

Respondió Elí:
No te he llamado; vuelve a acostarte.
Aún no conocía Samuel al Señor, pues no le había sido revelada la palabra del Señor.

Por tercera vez llamó el Señor a Samuel y él se fue a donde estaba Elí y le dijo:
Aquí estoy; vengo porque me has llamado.

Elí comprendió que era el Señor quien llamaba al muchacho y dijo a Samuel:
Anda, acuéstate; y si te llama alguien, responde: «Habla, Señor, que tu siervo te escucha».
Samuel fue y se acostó en su sitio. El Señor se presentó y le llamó como antes:
¡Samuel, Samuel!

Él respondió:
Habla, Señor, que tu siervo te escucha.
Samuel crecía, Dios estaba con él, y ninguna de sus palabras dejó de cumplirse.

Palabra de Dios.

COMENTARIO A LA 1ª LECTURA

El texto del primer libro de Samuel nos ofrece el ejemplo de una «llamada» de Dios y de una acogida, por parte del joven Samuel, sin reservas ni condiciones de ninguna clase.

Samuel es el ejemplo típico para el creyente: dispuesto a escuchar con prontitud la Palabra de Dios y hacer caso a lo que dice el Señor: “Habla, Señor, que tu siervo escucha”

Sal 39, 2 y 4ab. 7-8a. 8b-9

R. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

➢ Yo esperaba con ansia al Señor: Él se inclinó y escuchó mi grito;
me puso en la boca un cántico nuevo, un himno a nuestro Dios. R:
➢ Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, y en cambio me abriste el oído;
no pides sacrificio expiatorio, entonces yo digo: «Aquí estoy
-como está escrito en mi libro- para hacer tu voluntad». R:
➢ Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas. R:

2ª LECTURA

Lectura 1ª carta del apóstol san Pablo a los Corintios 6,13c-15a. 17-20

Hermanos:
El cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor; y el Señor para el cuerpo.
Dios, con su poder, resucitó al Señor y nos resucitará también a nosotros.
¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo?

El que se une al Señor es un espíritu con él. Huid de la fornicación. Cualquier pecado que cometa el hombre, queda fuera de su cuerpo.

Pero el que fornica peca en su propio cuerpo. ¿O es que no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo?

Él habita en vosotros porque lo habéis recibido de Dios. No os poseéis en propiedad, porque os han comprado pagando un precio por vosotros. Por tanto, ¡glorificad a Dios con vuestro cuerpo!

Palabra de Dios

COMENTARIO A LA 2ª LECTURA

El apóstol Pablo decía a los cristianos de Corintio y nos dice a nosotros que «somos templos del Espíritu Santo», pues estamos guiados y orientados por la fuerza del Espíritu de Dios, empapados por el Espíritu Santo.

Por el bautismo el cristiano ha entrado a formar parte del cuerpo de Cristo y, como dice San Pablo, «el que se une al Señor es un espíritu con él».

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Juan 1,35-42

En aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dijo:
Éste es el cordero de Dios.

Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les preguntó:
¿Qué buscáis?

Ellos le contestaron:
Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?

Él les dijo:
Venid y lo veréis.
Entonces fueron; vieron dónde vivía, y se quedaron con Él aquel día; serían las cuatro de la tarde.

Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encontró primero a su hermano Simón y le dijo:
Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo).

Y lo llevó a Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo:
Tú eres Simón el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que significa Pedro).

Palabra de Dios

COMENTARIO SOBRE EL EVANGELIO

La vocación cristiana es una llamada que Dios hace, unas veces directamente, otras veces de manera indirecta, a través de amigos, padres, maestros y otras lo hace por medio de la «inquietud» que cada uno siente en su interior de encontrarse con quien colme los propios anhelos.

En todos los casos tiene que darse una actitud de «acogida» y de «disponibilidad» personal, para que el encuentro con Jesús se haga una realidad permanente.