Cardenal Cipriani: “La tradición de un pueblo marca su identidad”

SOLEMNE MISA DE PASCUA DE RESURRECCIÓN EN LA CATEDRAL DE LIMA

* Participó Vicepresidenta de la República, Marisol Espinoza, y Presidente del Consejo de Ministros, René Cornejo.

En el marco de la solemne Misa de Pascua de Resurrección, el Cardenal Juan Luis Cipriani reflexionó sobre la dignidad humana y la importancia de la familia. Estas exhortaciones las dirigió en la Basílica Catedral el domingo, 20 de abril.

El Arzobispo de Lima reconoció que la resurrección de Cristo trae consecuencias concretas para cada uno y que están relacionadas en la dignidad de la persona humana.

“Una de las consecuencias de la maravillosa dignidad de la persona humana es que tenemos el mayor don y tesoro que nos dio Dios en la dimensión humana: la libertad. Y tenemos el deber de buscar constantemente esa exigencia. Como decía el Papa Juan Pablo II, la clave para encontrar esa libertad está en la ley moral universal, que es como una gramática para saber leer los acontecimientos”, mencionó.

La ley moral universal

En ese sentido, reflexionó sobre la importancia de seguir a nuestras conciencias que nos conduce por el camino de la ley moral universal hacia el beneficio social.

“Esa ley moral universal todos la tenemos dentro, porque es esa huella de Cristo que te dice: haz el bien, evita el mal, busca la paz no la violencia, el bien no el mal, la verdad no la mentira. Esa gramática que nos une a todos, cristianos y no cristianos pero que es tan importante reconocerla como una piedra sobre la que se construye todo el beneficio social”, señaló.

“Esa dignidad nos hace a todos iguales y la consecuencia si somos todos iguales es que sea necesaria la solidaridad social, ese esfuerzo por buscar que todos puedan tener acceso a esos aspectos de su dignidad: educación, vivienda, sueldo; no es el “igualismo” ni el utilitarismo, es la dignidad que nos lleva a todos a ese permanente esfuerzo”, prosiguió.

También resaltó que Cristo no vino al mundo a proponer una ideología, sino a ofrecernos su luz que nos hace libres “para que respetemos esa ley moral universal y para que vivamos ese esfuerzo de la solidaridad social. Y la consecuencia es la paz en el interior del alma y en la sociedad”.

Todo proyecto social tiene su base en la familia

En otro momento, recordó que todo proyecto de desarrollo humano tiene su base fundamental en la familia.

“Cada generación recibe un tesoro que con mucho esfuerzo entrega a la siguiente. No es la parálisis ante el progreso. Al revés. Todo progreso será más sólido en la medida en que la honradez de la generación le permita custodiar la criatura humana y la base fundamental de todo proceso es la familia. Sobre esas bases el progreso es una maravilla”, refirió.

“Si se resquebraja la familia como célula fundamental el paso de generación a generación corre el grave riesgo de perder la libertad, la paz, la armonía y la grandeza. La fe en Cristo nos aleja de toda intolerancia, pesimismo, nos da una fuerza interior que mirando al pasado de nuestros padres y abuelos nos proyecta con gozo a la alegría del futuro. No tengamos miedo a la dinámica de la libertad y de la fe”, continuó.

El Arzobispo de Lima agradeció la presencia de la Vicepresidenta de la República, Marisol Espinoza, y del Presidente del Consejo de Ministros, René Cornejo, a quienes saludó al término de la celebración eucarística.

Concelebraron con el Cardenal Cipriani, los obispos Auxiliares de Lima, Monseñor Adriano Tomasi, O.F.M. y Monseñor Raúl Chau.

Participaron de la Santa Misa la hermandad de la Virgen del Carmen de Lima, el Apostolado de San Judas Tadeo, la hermandad del Señor del Santuario de Santa Catalina y la Cofradía de Santa María Magdalena.

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