Cardenal Cipriani: “Cultiva las virtudes que son el camino para ser felices”
Arzobispo de Lima reflexiona sobre la gran revolución del amor de Dios de transformar el dolor en un amor y bien fecundos.
El sábado 25 de julio, en el programa Diálogo de Fe, el Cardenal Juan Luis Cipriani habló sobre la gran revolución de Cristo de convertir el dolor y el sufrimiento en amor.
“La fe católica nos trae un planteamiento y quisiera decirlo de manera directa. La gran revolución de Cristo, la gran revolución de Dios, creador del mundo, ha sido algo impresionante. Jesucristo ha convertido el dolor en un sufrimiento fecundo. Es decir, aquello que parece un mal y me duele lo ha convertido en un bien. En el momento en que Dios somete a su Hijo a la muerte, al hambre, al dolor, al abandono, al maltrato y al odio. Todo eso nos dice Dios que no es por gusto, hay un vida eterna”, señaló el Arzobispo de Lima.
El Cardenal Juan Luis comentó que en medio del caos del mundo muchas personas buscan una falsa felicidad y no aceptan la felicidad que Cristo les ofrece.
“Esta propuesta revolucionaria de Jesús, hoy no tiene mayor acogida. Para mucha gente esto es inútil. Y ahora, en que piensan que es inútil es cuando hay que predicarlo más. Con el ejemplo no solo con la palabra. Dios nos ha traído a este mundo para compartir Su felicidad. Cuando uno fabrica la felicidad a su manera, la felicidad puede estar a veces en el licor o en la violencia. Pero Jesús ha venido a esta tierra para compartir su felicidad, su bondad y su calor”, indicó.
“Debemos compartir la fe”
El Cardenal Cipriani también resaltó que para la base de cualquier convivencia social se debe vivir en amistad con fe y aconsejó no caer en el egoísmo.
“El punto de partida que nos une es la amistad. Ahí nos falta crecer mucho. Muchas veces hay esos enfrentamientos, ese trato no agradable. La fe católica nos enseña a amar a Dios y al prójimo como a ti mismo. ¿En qué está la amistad?, ¿cómo puedo yo aprender a querer y a saber comprender?, a saber sacrificar por las personas que queremos, a hacer favores. Toda esta verdadera amistad tiene un punto de partida y ese es el tesoro de la fe. Lo primero que debemos compartir es la fe”.
“Creo que como en el deporte todo es a base de entrenamiento. Las virtudes uno las va logrando repitiéndolas. Primero es difícil, luego el cuerpo se acostumbra. Esa costumbre no es solo una especie de entrenamiento ciego. Intencionalmente yo quiero ser mejor. En las virtudes te ilusiona hacer feliz a tu esposa, a tus hijos, a los demás. Aunque te duela busca la virtud de la generosidad. Por eso, a veces encontramos esa dificultad. Hay mucho egoísmo. Yo quiero ganar esa vida eterna a través de este entrenamiento a lo largo de la vida (terrenal)”, agregó.
En vísperas de las Fiestas Patrias, el Cardenal Juan Luis exhortó a los peruanos a procurar un país donde haya más paz, serenidad y reconciliación.
“Hay que bajar un poco las aguas. El Perú no está tan mal, el ambiente no está tan mal. Hay gente buena, muchos hogares que con esfuerzo procuran salir a delante. No podemos todo dividirlo en dinero, producto bruto o porcentaje de inversión. ¿Quién me habla del porcentaje de felicidad y de paz interior?”, reflexionó.
“Saber llevar el sufrimiento con alegría es la gran conquista que Cristo le quita al demonio pero parece que en estos tiempos el demonio quiere recuperarla. No caigamos en la cultura del descarte en lo que todo lo que es sacrificio es malo. En estas Fiestas Patrias me viene a la mente en que tengamos una familia unida, serenidad y paz. Busquemos un país más sereno. No todo es política y economía, mucho más hay de fe y amor”, culminó.
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