Ayer comenzaron los siete Domingos en Honor al Patriarca San José

san_jose_05(Desde El Cañamelar, José Ángel Crespo Flor).- Ayer domingo, ultimo domingo de enero, dieron comienzo los popularmente denominados Siete Domingos en honor al Patriarca san José donde se abordan los siete dolores y las siete alegrías del esposo de María.
Estas meditaciones nos acercan a preparar mejor si cabe la gran fiesta que todos los años, cuando llega el 19 de marzo, se hace en honor al patriarca San José. Devoción que aún perdura en muchas de nuestras Iglesias y devoción que todavía se hace en los domicilios particulares.

De alguna manera esta devoción suele reemplazar al rezo del Santo Rosario de las casas pero estarán conmigo que bien merece la pena que, al menos en estos siete domingos que anteceden a la gran fiesta que la Iglesia celebra en honor al patriarca San José, se sigan manteniendo porque son estas devociones antiguas las que, en muchas ocasiones, permiten a la Iglesia sobrevivir. Además, la importancia de una fiesta se percibe en su preparación y la fiesta de san José es una de las fiestas grandes de nuestro calendario litúrgico de ahí que la Iglesia mantenga esta devoción piadosa de los Siete Domingos y mantenga también otras devociones como son la Oración a san José después del Rezo del Santo Rosario que compuso el Papa del Santo Rosario (León XIII), las letanías del señor San José, la oración de los miércoles de san José y la Oración para todos los días 19 de cada mes. Y está bien que los sacerdotes mantengan estas plegarias. Que las mantengan e incentíven aunque, tal y como está el ‘patio’, ya es suficiente y merece nuestro aplauso que estas devociones se mantenga. Les dejo pues, con algunas de ellas.

** LOS SIETE DOMINGOS DE SAN JOSÉ

PRIMER DOMINGO
Oh castísimo esposo de María, glorioso San José, ¡qué aflicción y angustia la de vuestro corazón en la perplejidad en que estabais sin saber si debíais abandonar o no a vuestra esposa sin mancilla! Pero ¡cuál no fue también vuestra alegría cuando el ángel os reveló el gran misterio de la Encarnación!

Por este dolor y este gozo os pedimos consoléis nuestro corazón ahora y en nuestros últimos dolores, con la alegría de una vida justa y de una santa muerte semejante a la vuestra, asistidos de Jesús y de María.
Padrenuestro, Ave y Gloria.

SEGUNDO DOMINGO
Oh bienaventurado patriarca, glorioso San José, escogido para ser padre adoptivo del Hijo de Dios hecho hombre: el dolor que sentisteis viendo nacer al niño Jesús en tan gran pobreza se cambió de pronto en alegría celestial al oír el armonioso concierto de los ángeles y al contemplar las maravillas de aquella noche tan resplandeciente.

Por este dolor y gozo alcanzadnos que después del camino de esta vida vayamos a escuchar las alabanzas de los ángeles y a gozar de los resplandores de la gloria celestial.
Padrenuestro, Ave y Gloria

TERCER DOMINGO
Oh ejecutor obedientísimo de las leyes divinas, glorioso San José: la sangre preciosísima que el Redentor Niño derramó en su circuncisión os traspasó el corazón; pero el nombre de Jesús que entonces se le impuso, os confortó y llenó de alegría.

Por este dolor y este gozo alcanzadnos el vivir alejados de todo pecado, a fin de expirar gozosos, con el santísimo nombre de Jesús en el corazón y en los labios.
Padrenuestro, Ave y Gloria.

CUARTO DOMINGO
Oh Santo fidelísimo, que tuvisteis parte en los misterios de nuestra redención, glorioso San José; aunque la profecía de Simeón acerca de los sufrimientos que debían pasar Jesús y María os causó dolor mortal, sin embargo os llenó también de alegría, anunciándoos al mismo tiempo la salvación y resurrección gloriosa que de ahí se seguiría para un gran número de almas.

Por este dolor y por este gozo conseguidnos ser del número de los que, por los méritos de Jesús y la intercesión de la bienaventurada Virgen María, han de resucitar gloriosamente.
Padrenuestro, Ave y Gloria.

QUINTO DOMINGO
Oh custodio vigilante, familiar íntimo del Hijo de Dios hecho hombre, glorioso San José, ¡cuánto sufristeis teniendo que alimentar y servir al Hijo del Altísimo, particularmente en vuestra huida a Egipto!, pero cuán grande fue también vuestra alegría teniendo siempre con Vos al mismo Dios y viendo derribados los ídolos de Egipto.

Por este dolor y este gozo, alcanzadnos alejar para siempre de nosotros al tirano infernal, sobre todo huyendo de las ocasiones peligrosas, y derribar de nuestro corazón todo ídolo de afecto terreno, para que, ocupados en servir a Jesús y María, vivamos tan sólo para ellos y muramos gozosos en su amor.
Padrenuestro, Ave y Gloria.

SEXTO DOMINGO
Oh ángel de la tierra, glorioso San José, que pudisteis . admirar al Rey de los cielos, sometido a vuestros más mínimos mandatos; aunque la alegría al traerle de Egipto se turbó por temor a Arquelao, sin embargo, tranquilizado luego por el ángel, vivisteis dichoso en Nazaret con Jesús y María.

Por este dolor y este gozo, alcanzadnos la gracia de desterrar de nuestro corazón todo temor nocivo, poseer la paz de conciencia, vivir seguros con Jesús y María y morir también asistidos por ellos.
Padrenuestro, Ave y Gloria.

SÉPTIMO DOMINGO
Oh modelo de toda santidad, glorioso San José, que habiendo perdido sin culpa vuestra al Niño Jesús, le buscasteis durante tres días con profundo dolor, hasta que, lleno de gozo, le hallasteis en el templo, en medio de los doctores.

Por este dolor y este gozo, os suplicamos con palabras salidas del corazón, intercedáis en nuestro favor para que jamás nos suceda perder a Jesús por algún pecado grave. Mas, si por desgracia le perdiéramos, haced que le busquemos con tal dolor que no hallemos sosiego hasta encontrarle benigno sobre todo en nuestra muerte, a fin de ir a gozarle en el cielo y cantar eternamente con Vos sus divinas misericordias.
Padrenuestro, Ave y Gloria.

** Oración A San José para después del Rosario
(Compuesta y prescrita por Su Santidad León XIII)

A ti recurrimos en nuestra tribulación, oh Bienaventurado José, y después de implorar el socorro de tu Santísima Esposa, pedimos también confiadamente tu patrocinio. Por el afecto que te unió con la inmaculada Virgen, Madre de Dios, y por el amor paternal con que trataste al Niño Jesús, te rogamos que nos auxilies para llegar a la posesión de la herencia que Jesucristo nos conquistó con su sangre y nos asistas con tu poder y nos socorras en nuestras necesidades.

Protege, oh prudentísimo guardián de la Sagrada Familia, a la raza elegida de Jesucristo; presérvanos, ¡oh Padre amantísimo!, de toda mancha de error y corrupción. Muéstranos propicio y asístenos desde lo alto del cielo, ¡oh poderosísimo Libertador nuestro! en la batalla que estamos librando contra el poder de las tinieblas y así como libraste al niño Jesús del peligro de la muerte, defiende ahora a la Santa Iglesia de Dios contra las asechanzas del enemigo y contra toda adversidad. Concédenos tu perpetua protección, a fin de que, animados por tu ejemplo y tu asistencia, podamos vivir santamente y sobre todo, piadosamente morir para alcanzar la eterna beatitud del cielo. Amén.

** LETANIAS DEL SEÑOR SAN JOSE

Señor, ten piedad de nosotros.

Cristo, ten piedad de nosotros.

Señor, ten piedad de nosotros.

Cristo, óyenos.

Cristo, escúchanos.

Dios Padre Celestial, ten piedad de nosotros.

Dios Hijo, Redentor del mundo,ten piedad de nosotros.

Dios Espíritu Santo,ten piedad de nosotros.

Trinidad Santa que eres un solo Dios,ten piedad de nosotros.

Santa María, ruega por nosotros.

Señor San José,ruega por nosotros.

Insigne descendiente de David, ruega por nosotros.

Luz de los Patriarcas, ruega por nosotros.

Esposo de la Madre de Dios, ruega por nosotros.

Casto guardián de la Virgen, ruega por nosotros.

Nutricio del Hijo de Dios, ruega por nosotros.

Solícito defensor de Cristo, ruega por nosotros.

Jefe de la Sagrada Familia, ruega por nosotros.

José justísimo, ruega por nosotros.

José prudentísimo, ruega por nosotros.

José fortísimo, ruega por nosotros.

Espejo de paciencia, ruega por nostros.

Amante de la pobreza, ruega por nosotros.

Modelo de los pobres, ruega por nosotros.

Honor de la vida doméstica, ruega por nosotros.

Custodio de las Vírgenes, ruega por nosotros.

Sostén de las familias, ruega por nosotros.

Consuelo de los atribulados, ruega por nosotros.

Esperanza de los enfermos, ruega por nosotros.

Patrón de los moribundos, ruega por nosotros.

Terror de los demonios, ruega por nosotros.

Protector de la Santa Iglesia, ruega por nosotros.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, perdónanos Señor.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, óyenos Señor.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, ten misericordia de nosotros.

V. Le constituye señor de su casa

R. Y príncipe de toda su posesión

OREMOS

¡Oh Dios, que en tu inefable providencia te has dignado elegir al Señor San José, esposo de la santísima Madre de tu Hijo y padre putativo de Jesús! Concédenos, te suplicamos, que al que veneramos como protector en la tierra, merezcamos tenerlo por intercesor en los cielos. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

** Oración para cada Miércoles.

Oh Padre mío, Señor San José, en este miércoles consagrado por tus devotos a tu culto, quiero manifestarte mi alegría por tu grandeza y mi confianza en tu poder.

Bendigo de corazón a la Santísima Trinidad por haberse dignado elegirte desde toda la eternidad como representante del Padre en la tierra, como custodio del verbo hecho carne y como esposo dignísimo de la Reina del cielo. Esta predestinación divina te elevó maravillosamente sobre todos los ángeles y santos del cielo y ella es la que infunde en mi corazón una confianza ilimitada.

Alcánzame del cielo la gracia santificante, el dolor de mis pecados y las cosas necesarias para mi conservación y mi sustento. Haz, oh santo mío, que crezca más y más mi cariño hacia ti ya que siéndote profundamente devoto, lograré un día, contemplarte en el cielo, en compañía de Jesús y de María. Así sea.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

– Dulce protector de la Iglesia Universal.

– Bendice paternalmente a todos tus devotos.

** ORACION PARA EL DIA 19 DE CADA MES

Oh San José, Padre amantísimo de mi alma y dueño de mi corazón, en este día 19 consagrado a contemplar tu grandeza y tu poder, te miro con los ojos de la fe en el sitial de gloria en que quiso colocarte la Trinidad Beatísima.

Al verte tan lleno de luz y resplandor, me animo a sobrellevar con resignación mis sufrimientos, ya que veo que los tuyos te dieron tal recompensa. Hazme comprender, Santo mío, que tu exhaltación sobre los ángeles y querubines se debió a tu profunda humildad y anonadamiento, a fin de que no busquen ni las glorias ni las vanidades del mundo.

Si te veo coronado como un Rey en el Palacio de la gloria, no sólo me admiro de tu poder, sino que también abro mi corazón a la confianza; porque sé que eres bueno y comprensivo con todos tus devotos.

Dirige, oh Padre mío, una mirada de predilección a la pobre alma, alcánzame del cielo tus santas virtudes, especialmente la humildad, la sencillez, la pureza y la caridad, a fin de que un día como amartelado devoto tuyo, pueda participar de tu gloria y bienaventuranza en el cielo. Así sea.

Padrenuestro, Ave María y Gloria.

– Haz, oh José, que nuestra vida se vea libre del pecado y que siempre esté bajo tu patrocinio.

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