1° de Enero – El libro de tu vida – Tiempo de Navidad

Martes, 1° de enero de 2013
SOLEMNIDAD DE SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS
Números 6, 22-27 / Gálatas 4, 4-7 / Lucas 2, 16-21
Salmo Responsorial Sal 66, 2-3. 5-6. 8
R/. «El Señor tenga piedad y nos bediga»

Santoral:
Santa María: Madre de Dios,
San Telémaco, San Fulgencio

El libro de tu vida

En pocos días, cierras un volumen más
del libro de tu vida: ha pasado un año.
Cuando comenzaste este libro todo era tuyo,
te lo puso Dios en las manos,
podías hacer con él lo que quisieras:
un poema, una pesadilla, una blasfemia,
un sistema, una oración, un trabajo,
una vocación, unos ideales.

Podías… hoy ya no puedes; no es tuyo,
ya lo has escrito, ahora es de Dios.
Él te lo va a leer todo el mismo día
en que cierres los ojos a la vida,
con todos sus detalles.
Ya no puedes corregirlo, ha pasado
al dominio de la eternidad.

Piensa unos momentos, en estas últimas noches
del año. Toma tu libro y hojéalo despacio,
deja pasar sus páginas por tus manos
y por tu conciencia. Ten el gusto de verte
a ti mismo. Lee todo. Repite aquellas páginas
de tu vida en las que pusiste tu mejor estilo.

No olvides que uno de tus mejores maestros
eres tú mismo. Lee también aquellas páginas
que nunca quisieras haberlas escrito.
No…. no intentes arrancarlas, es inútil ten valor para leerlas,
son tuyas y no puedes arrancarlas, pero puedes anularlas
cuando escribas tu siguiente libro.
Si lo haces, Dios las pasará de largo
cuando te lea tu libro en el último día.

Lee tu libro viejo en la última noche del Año.
Hay en él trozos de ti mismo; es un drama apasionado
en el que, el primer personaje eres tú.

Tú en escena con Dios, con tu familia,
con tu trabajo, con la sociedad.
Tú lo has escrito con el instrumento asombroso
de tu libre albedrío, sobre la superficie
inmensa y movediza del mundo.
Es un libro misterioso, que en su mayor parte,
la más interesante, no puede leerlo
nadie más que Dios y tú.
Si tienes ganas de besarlo, bésalo,
si tienes ganas de llorar, llora fuerte
sobre tu viejo libro en la última noche del año.

Pero, sobre todo, reza sobre tu libro viejo.
Tómalo en tus manos, levántalo hacia el cielo
y dile a Dios solo dos palabras:
¡Gracias! ¡Perdón!
Después dáselo a Cristo. No importa cómo esté,
aunque tenga páginas negras, Cristo sabe perdonar.

En el primer día del año, Dios te va a dar otro libro
completamente blanco y nuevo.
Es todo tuyo. Vas a poder escribir en él lo que quieras.
Pon el nombre de Dios en la primera página.
Después dile que no te deje escribirlo solo.
Dile que te tenga siempre de la mano… y del corazón.
Dile que te enseñe a escribir firme y derecho.
Dile que, aun con borrones, te ayude a seguir
adelante siendo consciente de tus errores.
Dile que te ayude a pensar que es más importante
escribir poco y bien que llenar páginas sin contenido.
Dile que te enseñe a dejar cierto margen para la fe
y la libertad, la esperanza y los sueños.
Dile que cuando se te acaben las ideas, nunca
se te olvide que Dios dicta desde los cielos.
Dile que nunca desesperes y que te ayude a recordar
que Dios, de vez en cuando, escribe
derecho en renglones torcidos.

¡FELIZ AÑO 2013!

P. Javier Leoz

Liturgia – Lecturas del día

LECTURAS DEL MARTES 1° DE ENERO DE 2013

SOLEMNIDAD DE SANTA MARÍA,
MADRE DE DIOS

Invocarán mi Nombre sobre los israelitas, y Yo los bendeciré

Lectura del libro de los Números
6, 22-27

El Señor dijo a Moisés:
«Habla en estos términos a Aarón y a sus hijos: Así bendecirán a los israelitas. Ustedes les dirán:
«Que el Señor te bendiga y te proteja.
Que el Señor haga brillar su rostro sobre ti
y te muestre su gracia.
Que el Señor te descubra su rostro y te conceda la paz».
Que ellos invoquen mi Nombre sobre los israelitas, y Yo los bendeciré».

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL 66, 2-3. 5-6. 8

R. El Señor tenga piedad y nos bendiga.

El Señor tenga piedad y nos bendiga,
haga brillar su rostro sobre nosotros,
para que en la tierra se reconozca su dominio,
y su victoria entre las naciones. R.

Que canten de alegría las naciones,
porque gobiernas a los pueblos con justicia
y guías a las naciones de la tierra.
El Señor tenga piedad y nos bendiga. R.

¡Que los pueblos te den gracias, Señor,
que todos los pueblos te den gracias!
Que Dios nos bendiga,
y lo teman todos los confines de la tierra. R.

Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer

Lectura de la carta del Apóstol san Pablo
a los cristianos de Galacia
4, 4- 7

Hermanos:
Cuando se cumplió el tiempo establecido, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer y sujeto a la Ley, para redimir a los que estaban sometidos a la Ley y hacemos hijos adoptivos.
Y la prueba de que ustedes son hijos, es que Dios infundió en nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama a Dios llamándolo: ¡Abbá!, es decir, ¡Padre! Así, ya no eres más esclavo, sino hijo, y por lo tanto, heredero por la gracia de Dios.

Palabra de Dios.

EVANGELIO

Encontraron a María. a José y al recién nacido.
Ocho días después se le puso el nombre de Jesús

a Evangelio de nuestro Señor Jesucristo
según san Lucas
2, 16-21

Los pastores fueron rápidamente adonde les había dicho el Ángel del Señor, y encontraron a María, a José y al recién nacido acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que habían oído decir sobre este niño, y todos los que los escuchaban quedaron admirados de lo que decían los pastores.
Mientras tanto, María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón. Y los pastores volvieron, alabando y glorificando a Dios por todo lo que habían visto y oído, conforme al anuncio que habían recibido.
Ocho días después, llegó el tiempo de circuncidar al niño y se le puso el nombre de Jesús, nombre que le había sido dado por el Ángel antes de su concepción.

Palabra del Señor.
Reflexión

TRES FIESTAS EN UNA
1. La maternidad de María. Para los cristianos, en la maternidad de María está la causa y el origen de todos los demás privilegios que la virgen tuvo. En este sentido, me gusta más pensar en María como madre, que en María como virgen. Porque María fue la madre de Jesús, nuestro hermano, es por lo que nosotros podemos y debemos pensar que María es también madre nuestra. Madre, en la tierra, sólo tenemos una, y madre en el cielo también siempre tendremos una: la madre María. En la tierra y en el cielo podemos tener muchos intercesores y abogados que aboguen por nosotros, pero en la tierra nunca podremos tener más de una madre, y en el cielo la madre y abogada nuestra por excelencia será siempre María. Todos, por muy viejos que seamos, necesitamos sentir cerca el aliento materno; por eso, cuando nuestros padres mueren, el aliento maternal de María, madre de Jesús y madre nuestra, es un aliento que puede consolarnos y fortalecernos. Acudamos hoy a María como madre de Jesús y madre nuestra.
2. El año nuevo. El día de Año Nuevo es una fiesta social con un arraigo grande y universal en nuestra sociedad. También los cristianos, ciudadanos de este mundo, debemos celebrar con gozo esta fiesta. El día de año nuevo lo primero que debemos hacer los cristianos es dar gracias a Dios por el año que empieza y pedir al Señor de la vida y de los tiempos que nos dé fuerza y gracia para vivir el nuevo año con intensidad y amor. Cuando empezamos un año, nunca sabemos con certeza si lo vamos a terminar, por eso debemos vivir cada día y cada momento como un regalo especial que Dios nos hace para ser testigos en este mundo de su bondad y de su amor. ¡Año nuevo, vida nueva!, pero tratando siempre de superarnos, siendo cada día un poco mejores y haciendo siempre el bien. En este primer día del año 2013 vamos a pedir a Dios que nos bendiga, con la bendición bíblica (salmo 66): “Que el Señor nos bendiga y nos proteja, ilumine su rostro sobre nosotros y nos conceda su favor. Que se fije en nosotros y nos conceda la paz”.
3. Jornada mundial de la paz. El Papa Benedicto XVI, en su carta con motivo de la Jornada Mundial de la Paz, ha querido fijarse en esta Bienaventuranza evangélica, según san Mateo: Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios. La paz, nos dice el Papa, implica la participación de todo el hombre. Se trata de una paz con Dios, paz con uno mismo, paz con el prójimo y paz con toda la creación. La paz es posible, no es un sueño, no es una utopía, es, sí, un don de Dios, pero también es tarea nuestra. Si los hombres queremos la paz, deberemos luchar por la paz, con las armas cristianas de la solidaridad y del amor. La paz es la realización del bien común en las diversas sociedades; sin justicia social no puede haber paz cristiana. Termino con las palabras de Benedicto XVI: pido que todos sean trabajadores y constructores de paz, de modo que la ciudad del hombre crezca en fraterna concordia, en prosperidad y paz. ¡FELIZ AÑO 2013!

Gabriel González del Estal
www.betania.es

JUNTO CON JESÚS Y MARÍA
1. – Cuando una flor nace el universo entero se hace primavera y a María le nació la primavera en sus brazos. Con un niño todo se hace maravilloso, cambia la vida entera, se hace todo nuevo. Por eso quizás al principio del año, en el año nuevo nos encontramos con María y en sus brazos su recién estrenado niño de ocho días.
Dejamos atrás un año y no sabemos si tenemos un año más o nos queda un año menos y todo depende de si hemos añadido años a nuestra vida o hemos añadido vida a nuestros años; es decir si hemos vivido este año que se nos escapa o nos lo han vivido, nos han forzado a vivirlo, llenos de tubos de “gota gota”, máquinas que han mantenido en nosotros una vida que nos es vida.
Depende de si nos hemos movido arrastrados por la corriente como cantos rodados sin vida, aunque se mueven, o si luchando con la corriente hemos subido río arriba como los salmones. Si hemos vivido para la vida o hemos despachado la vida como un aburrido asunto más administrativo.
2. – Nos enfrentamos con un nuevo año y en la bruma de este 2013 no sabemos lo que nos espera. En el 2012 hemos asistido a muchos acontecimientos variados. Parecía que la economía se hundía algo más y que las muy modestas buenas previsiones del 2012 se transformaban en otra cosa aún peor. No sabemos si el 2013 nos traerá una crisis más fuerte e, incluso, dicho a la antigua usanza, algún imperio podría caer, por todos esos imperios tienen pies de barro si se fundan en pura economía, en el poder de las armas y si, de verdad, no buscan el bien de todos y cada uno de los hombres y mujeres de este planeta.
Habrá, sin duda, futurólogos ansiosos de predecir las gracias o desgracias de este 2013, como ya lo hicieron con el tan cacareado 2012. Pero lo importante no es preguntar sobre lo que nos espera, sino preguntarnos cada uno de nosotros que pensamos hacer con este Año Nuevo. ¿Vamos a hacer de él una cada vez más desvaída fotocopia de los años anteriores?
Como al mirar por el retrovisor el año 2012 que dejamos atrás, lo importante no es lo que ha sucedido, sino lo que hemos vivido. Así al enfrentarnos con el 2013, que se nos echa encima, lo importante es constatar si estamos dispuestos a enfrentarnos con él, con sinceridad, con coherencia humana y espiritual, con vitalidad. Si estamos dispuestos a luchar por una vida plena o nos vamos a contentar de nuevo con que nos mantengan artificialmente en la UVI.
3. – Miremos cada uno nuestras recién estrenadas agendas y miremos cada día con veneración, porque cada día no está marcado por una fecha, por un número, sino por una doble esperanza. Dios quiere encontrarnos cada día, nos espera cada día, espera algo de nosotros ese día, cada fecha es la fecha del reencuentro con el Señor.
Pero también los hombres nos esperan en la encrucijada de cada día. También nos esperan y esperan de nosotros. No los decepcionemos. Como hombres y como cristianos estamos llamados a pasar por el calendario haciendo el bien, como paso haciendo el bien Jesús de Nazaret. Pues eso espera Dios de nosotros casa día y en eso confían los hombres que nos necesitan.
4.- Comenzamos el año con María, la única que jamás defraudó ni a Dios ni a los hombres, que pasó por el mundo no sólo haciendo el bien, sino comunicando a todos el Bien que lleva en sus brazos.
Como niños de andar vacilante empezamos el año de la mano de María, que lleva de la otra mano de Jesús Niño, para que nuestros pasos se acompañen con los pasos también vacilantes de Jesús.

José María Maruri SJ
www.betania.es

UN AÑO DE LA FE… CON LA MADRE
Por Javier Leoz
1. No hay mejor forma de adentrarse en un nuevo año, y además en el Año de la Fe, que caminando de la mano de María y al compás del latido del corazón de la Virgen. ¡Cuántos aspectos y motivos recordamos en este día! ¡La paz; Año Nuevo; Santa María, Madre de Dios!
¡Feliz Año Nuevo! Será feliz si, en los 365 días, sabemos dar con aquellas razones que hicieron saltar de gozo y de felicidad a María: ¡Dios! ¡Sólo Dios! ¡Desde ahora me llamarán bienaventurada!
¡Feliz Año Nuevo! Será feliz si, en estos doce meses que ahora iniciamos con esperanza y con tan buenos deseos, no dejamos que se duerma en nosotros la gran noticia que estamos celebrando en estos días: Dios ha bajado… y comparte nuestra suerte. ¿Seremos capaces de hacer frente a “los nuevos Herodes” que intentan asediarle y disuadirle de estar presente en nuestras conciencias, en nuestra sociedad o en nuestras familias?
Santa María, Madre de Dios, es un pórtico que se antepone a los doce meses. Es como si, la Madre de Dios, nos estuviera diciendo: “no tengáis miedo; yo voy por delante” “iniciad este nuevo año con la cabeza bien alta; dejad atrás vuestras penas, defectos, inquietudes… yo os acompaño”
Comenzamos este nuevo período del 2013. ¿Qué nos depararán estas próximas semanas? ¡Sólo Dios lo sabe! Pongamos nuestro futuro en las manos de María. Contemplemos a Jesús como lo que es: un hermano mayor que nos ayudará cuando tropecemos; nos levantará cuando caigamos y nos sonreirá cuando el éxito nos acompañe. ¿Acaso no ha venido para compartir suerte?
Esta fiesta, Santa María Madre de Dios, sigue estando presente en el corazón de muchos creyentes. Resulta, cuando menos chocante, paradójico y hasta sorprendente, cómo se acepta con cierta facilidad el culto, las procesiones, fiestas o romerías a la Virgen y, por el contrario, se vive de espaldas a lo que en Ella fue grande: Jesús y su Reino. María, en el Año de la Fe, puede ser una gran Maestra que nos indique cómo, dónde y de qué manera conocer a Cristo.
2.- La Fiesta de Santa María Madre de Dios nos urge a estar en paz con María pero, sobre todo, la paz con María nos empeña a estarlo también con Dios. La voluntad de María no es quedarnos extasiados con y en Ella, sino preocupados y entusiasmados a la vez por dar gusto a Dios y llevar a la práctica lo que Ella meditaba tantas veces en su corazón: el plan de Dios.
¿Por qué no colocar, con seriedad, a María como antecámara de este nuevo año? ¿Nos proponemos el consagrarnos a Ella desde un acuerdo implícito, ante nosotros, ante el ambiente que nos rodea y ante los demás, de crecer –cristianamente hablando– para no perder peso espiritual?
¡Nuevo Año con la mano y de la mano de María! Nos acosarán los problemas de siempre; desaparecerán amigos nuestros; nos iremos lejos o cerca de Dios; nos traicionaremos a nosotros mismos….pero Santa María, por ser Madre de Dios y Madre Nuestra, nos aportará luz para encontrar el camino perdido; seguridad para avanzar en el camino de la fe y esperanza para no echarnos atrás en nuestra vivencia cristiana.
Que Ella, Reina de la Paz, nos ayude no tanto a pedirla por los pueblos que quedan lejos (aunque también) sino por la paz con nosotros mismos; por la paz de los hijos de la Iglesia; por la paz de las conciencias que andan revueltas y revuelven a los demás; por la paz de las familias que viven en contienda por el “cuánto”; por los jóvenes que encuentran en la violencia una diversión y no un peligro; por la paz de los políticos, para que se serenen en sus decisiones y sientan que no son padres de la patria y sí servidores.
¡Santa María, Madre de Dios! ¡Cuánto juego y contenido da y tiene esta fiesta! Con Ella merece la pena adentrarnos sin temor ni temblor en este nuevo año en el que, además, nos hemos comprometido a reavivar, estudiar, conocer, vivir, celebrar y testimoniar mucho más nuestra fe cristiana.

Javier Leoz
www.betania.es